En sus trece años como CEO de Apple, Tim Cook ha creado más valor que la gran mayoría de CEO: la capitalización de mercado de la gigante tecnológica ha pasado de US$ 400,000 a US$ 3 billones. Pero él sigue actuando como si estuviese allí gracias a la benevolencia de Steve Jobs, la capacidad de sus colegas o la Divina Providencia. El 10 de junio, en la Conferencia Mundial de Desarrolladores, cuando dio la bienvenida a la jubilosa audiencia, juntó sus manos como si estuviese orando. Es probable que no lo admita, pero abundan los motivos para rezar.
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Apple sufría uno de sus periódicos ataques de angustia inversionista. En los 18 meses previos, Wall Street se convenció de que la chispa creativa legada por Jobs se había apagado. Es que las ventas del iPhone, que son la mitad de los ingresos de la compañía, se han ralentizado. Además, su fría respuesta a la euforia por la inteligencia artificial (IA) generativa le costó su corona de empresa con la mayor valorización del mundo (la cedió a Microsoft). Encima, el valor de mercado de Nvidia, fabricante de chips para IA generativa, superó brevemente al de Apple este mes.
En vísperas del evento, dos preguntas en torno a la compañía rondaban en el mercado. ¿Concebiría una estrategia que convenza a los escépticos, y tal estrategia sería suficientemente contundente para repotenciar las ventas del iPhone? Este dispositivo tiene probabilidad de sobrevivir y ser exitoso en la era de la IA generativa. El smartphone es un objeto íntimo: va dondequiera que vaya el usuario, contiene sus recuerdos más preciados, registra su vida amorosa y puede ver y oír todo lo que hace (con su cámara y micrófono).
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Parte del pacto de Apple con el usuario es que este pague bastante dinero para mantener dicha información privada y segura. Desde el arribo de ChatGPT (desarrollado por OpenAI), a fines del 2022, Cook y su compañía enfrentan el dilema de cómo mantener esa privacidad mientras entrenan modelos de IA generativa para que se comporten como conserjes personalizados. La respuesta es “Apple Intelligence”, cuyo objetivo es hacer amigable esa tecnología para usuarios del iPhone y otros dispositivos. La asistente virtual Siri será transformada.
Si todo sale bien, actuará como una combinación entre un asistente personal y un niño de diez años –para explicar cómo usar las nuevas funciones del iPhone–. Para ello, los sistemas operativos de Apple permitirán que Siri navegue a través de apps, fotos, calendario y otras partes contextuales de la vida digital del usuario a fin de encontrar información práctica. La compañía promete que esa información permanecerá dentro de su ámbito.
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En lugar de gastar una fortuna en modelos de lenguaje grande (LLM) y en una vasta infraestructura IA, Apple está adoptando el enfoque “hecho a la medida”. Sus modelos se ejecutarán en sus dispositivos o, si es necesario mayor músculo computacional, en data centers propios, y usarán semiconductores diseñados por la compañía. Esto le otorgará el control de la seguridad y la calidad de los modelos.
Para usuarios que quieran habilidades más interesantes, como asesoría de jardinería o cuentos infantiles personalizados, Apple ha alcanzado un acuerdo con OpenAI de acceso gratuito a las versiones actualizadas de ChatGPT. Pero no será una relación exclusiva, pues en el futuro, Apple podrá usar otros LLM. En cuanto a la privacidad, los usuarios tendrán que consentir cada solicitud al respecto. La compañía espera que sus clientes recurran, la mayoría de las veces, a su IA para satisfacer sus necesidades cotidianas.
De momento, es probable que los usuarios estén menos entusiasmados que los inversionistas por la IA generativa. En el evento (donde los matemáticos estuvieron sobrerrepresentados), los vítores más sonoros fueron para el anuncio de que Apple, por fin, incluirá una calculadora en el iPad, que no tenía nada que ver con Apple Intelligence. Pero como reza el dicho, al principio la gente no quería autos sino caballos más veloces.
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Mientras mejores sean los servicios de IA generativa, atraerán a más usuarios. Samsung, la mayor rival de Apple en smartphones, ha publicitado el Galaxy S24 Ultra, su más reciente modelo, como puerta a la “IA móvil”. Microsoft y otras están publicitando “PC con IA”. Cuando sean lanzadas, las funciones IA de Apple, podrán ser ejecutadas en el iPhone 15 Pro y computadoras Mac equipadas con chips M-Series, pero modelos previos no serán lo suficientemente potentes. Eso podría hacer que los dueños de dispositivos antiguos quieren actualizarse, lo que revigorizaría las ventas.
Quizás cuando la sobrecargada Siri esté disponible sea un hazmerreír. Es que ChatGPT, Gemini y otros LLM podrían llegar a mejorar tanto que Apple lamentará no haber desarrollado uno propio. Pero por ahora, Cook parece haber repetido una especialidad de la compañía: no ser la primera en adoptar una tecnología, pero sí la primera en usarla para avivar la imaginación del consumidor. Tal vez esté rezando para que las divinidades IA estén escuchando.
Traducido por Antonio Yonz Martínez.
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