Akio Murakami
Gerente central de Salud y Beneficios de Marsh
Tras casi tres meses de levantarse la cuarentena total, se evidencia un gran avance sobre la transición gradual que vienen haciendo las personas a la llamada “nueva normalidad”, incluyendo el regreso a los lugares de trabajo.
Pero a pesar del deseo generalizado de que termine la pandemia del COVID-19, el riesgo está lejos de desaparecer. A la fecha hemos visto que, a pesar del levantamiento de la mayoría de restricciones de tránsito, las tasas de infección y letalidad siguen siendo elevadas en nuestro país.
Para los empleadores, el mensaje es claro: no se deje llevar por una falsa sensación de seguridad durante esta nueva etapa. Debemos, continuamente, revisar y ajustar los planes para mantener tanto a empleados como a clientes seguros, así como el negocio operativo.
Actualmente, el distanciamiento social sigue siendo la forma más efectiva de reducir la propagación de COVID-19. Los empleadores deberían considerar si los acuerdos de trabajo remoto pueden ser mantenidos, sin que ello sea una afectación a la productividad.
Como se ha mencionado en reiteradas ocasiones, el trabajo remoto va a mantenerse por un periodo más largo, incluso más allá de lo determinado por los cambios regulatorios y, definitivamente pasará a ser parte de muchas organizaciones en la nueva normalidad.
En los casos de aquellos que están reabriendo los lugares de trabajo, no debe descuidarse el cumplimiento de todas las medidas para garantizar que estos espacios sean lo más seguro posible. Esto debería incluir el diseño de los protocolos de seguridad y salud, la supervisión de su cumplimiento total, así como la medición de su efectividad en la prevención.
De igual manera, y a pesar de que hoy en día forman parte de la cotidianeidad, es esencial mantener informados a los empleados sobre los datos de esta situación, dando a conocer las tasas de infección en los distritos o ciudades y estar preparados para tomar medidas rápidas de acuerdo con las directivas gubernamentales; incluyendo, de ser el caso, el cierre de lugares de trabajo en nuevos puntos de acceso.
Esta comunicación transparente y continua permitirá reforzar y reiterar las pautas de salud y seguridad que los trabajadores deben tomar, inclusive, en espacios externos al centro laboral, donde la empresa no tiene mayor control. Y es que, en muchas ocasiones, los contagios no suceden dentro del espacio de trabajo, sino en el exterior.
Por otro lado, es importante que el plan de retorno laboral no se aplique desde una sola perspectiva, es importante mantener prácticas flexibles y ser receptivos antes las particularidades que puedan presentar ciertos trabajadores, como aquellos que viven con personas vulnerables o son padres de menores de edad a quienes tienen que cuidar durante esta pandemia.
Es primordial que los líderes promuevan la empatía y se aseguren de que los empleados sepan que su salud y seguridad sigue siendo su principal prioridad.