Economista
Considerando el turbulento legado del ex titular de la PCM Guido Bellido durante sus 69 días de gobierno, el ingreso al cargo de Mirtha Vásquez y los seis nuevos ministros ha sido recibido con un cierto alivio por un sector de la ciudadanía, que opina que se logró evitar un episodio de aún más inestabilidad, en lo que parecía un choque inminente entre el Ejecutivo y el Legislativo y los respectivos peligros de la vacancia y la disolución del Congreso.
¿Pero el escenario del enfrentamiento ha cambiado realmente, o solo se ha postergado? Por lo menos en el corto plazo parece que la colisión no se concretaría, sin embargo, primero habría que ver qué tanto cambiará el plan del gobierno, más allá de los buenos modales, sobre todo si se considera que en este gobierno la distancia entre lo que se anuncia, o promete, y lo que realmente se concreta es muy considerable.
Más allá de las buenas intenciones enunciadas, no se puede perder de vista que durante el período en que Mirtha Vásquez estuvo encargada de la presidencia del Congreso, mostró su acuerdo con la apresurada derogatoria de la Ley de Promoción Agraria, que posibilitó un impresionante despegue del sector agroindustrial. Asimismo, es conocida su vocación antiminera, utilizando argumentos ambientales. Además, en ese mismo periodo apoyó un proyecto de ley presentado por el congresista Lenín Bazán, en el que se pretendía someter a referéndum la convocatoria a una Asamblea Constituyente y es conocida su posición favorable al cambio de la Constitución de 1993.
Aunque ahora que es la presidente del Consejo de Ministros manifiesta que no está en la agenda del gobierno, ya que tiene como prioridad la lucha contra la pandemia, la reactivación económica, la generación de empleo, etc. Además, hay que esperar un momento constituyente, “que la población sienta la necesidad de caminar hacia una reforma total o parcial de la Constitución. Esas condiciones son parte de procesos largos. Este Gobierno no lo está planteando y no lo va a plantear de hoy para mañana”, señaló en TV Perú.
Sin embargo, como lo ha mencionado repetidamente Vladimir Cerrón, el recojo de firmas para el referéndum que apruebe una Asamblea Constituyente es responsabilidad de Perú Libre y no del Ejecutivo. Y ellos van a seguir con sus planes al respecto, independientemente de lo que opine Vásquez. Y como todos sabemos, este es el corazón del problema de por qué se ha detenido abruptamente el crecimiento de la inversión privada, la que inclusive se estima que caería en 7% (Credicorp) para el 2022. Afortunadamente ya está en marcha un proyecto de ley que sería apoyado por los partidos de oposición que precisaría explícitamente que no es posible que el JNE autorice la convocatoria a un referéndum para una Asamblea Constituyente si no ha sido autorizado por el Congreso. Ley qué si bien legalmente no es necesaria porque ya la Constitución lo establece, sí sería una herramienta política necesaria en las actuales circunstancias.
De otro lado, a pesar de haber transcurrido solo 3 días desde que el nuevo gabinete juró sus respectivos cargos, ya las críticas se están acumulando, especialmente en los casos de los ministros del interior (agitador contra la erradicación de cultivos que ya suspendió; además de abogado de Cerrón, Bellido y de Perú Libre en la investigación que se les sigue por lavado de activos, y pésima trayectoria en la PNP ); del ministro de Educación Gallardo (dirigente de la Fenatep, anteriormente Conare, brazo legal del Movadef). En todo caso, considerando que una característica de este gobierno es que habla mucho pero ejecuta muy poco, es mejor esperar y apreciar los hechos y las políticas públicas que ejecute este nuevo gabinete, antes de emitir un juicio definitivo.