Sandra Alencastre, Gerente de Relaciones Institucionales de Línea 1
En medio de los desafíos que enfrentamos hoy en día, como el cambio climático y la creciente contaminación atmosférica, la movilidad sostenible se presenta como una solución clave para construir un futuro más verde para Lima. En particular, los sistemas de transporte masivo impulsados por energía eléctrica, como el metro de Lima, están desempeñando un papel fundamental en esta transformación a nivel mundial. Estas innovadoras alternativas a los combustibles fósiles nos brindan la oportunidad de reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
El transporte masivo eléctrico ha probado ser una pieza clave en la promoción de la movilidad sostenible en Lima. No podríamos tener las primeras señas de un sistema eficiente y moderno sin pensar en formas de transportar grandes cantidades de personas reduciendo el número de vehículos transitando por las calles, generando menor contaminación y siendo más seguros y rápidos en dicho traslado. A su vez, esto se traduce en una reducción significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero y una mejora en la calidad del aire que respiramos.
La experiencia de la Línea 1 nos indica que este es el camino que se debe seguir para tener una Lima más integrada, con alternativas limpias y respetuosas con el medio ambiente, en comparación con vehículos que se movilizan con combustibles fósiles. Para dar un ejemplo, los Metros pueden emitir aprox 27 gramos de CO2 por persona-kilometro, mientras que un autobús en la misma ciudad puede oscilar entre 60 y 70 gramos. ¿Cómo lo hace? Normalmente estos transportes masivos sostenibles utilizan diferentes fuentes renovables, como es el caso de la producida mediante centrales hidroeléctricas aprovechando la energía cinética del agua.
A eso podemos sumarle que este tipo de transportes generan un impacto positivo en la ciudadanía al tener tarifas reducidas, y que permiten ahorrar considerablemente el tiempo de viaje de los pasajeros. Movilizarse más rápido implica tener mayor disposición de tiempo productivo.
Una de las tareas pendientes que tiene Lima es pensar en mejorar la integración con otros medios de transporte, como autobuses y bicicletas. El cambio de patrones de comportamiento es difícil si el mismo sistema no impulsa a los ciudadanos a tener esas variaciones. Esto es un gran impulso para que, en el largo plazo, las personas piensen menos en el transporte privado individual.
Estoy convencida que este Día Mundial del Medio Ambiente es una oportunidad propicia para pensar desde distintos sectores en cómo podemos generar sinergias para contribuir a generar un mejor impacto en el medio ambiente articulando entre instituciones privadas, públicas y sociedad en su conjunto.