Reloj, no marques las horas / Porque voy a enloquecer / Ella se irá para siempre / Cuando amanezca otra vez (…)
¡Reloj, detén tu camino! / Porque mi vida se apaga (…)
Detén el tiempo en tus manos / Haz esta noche perpetua / Para que nunca se vaya de mí / Para que nunca amanezca…
1. ″El reloj” es un bolero clásico; fue compuesto en 1956 por Roberto Cantoral, en 1957 fue la canción más exitosa en México y, desde entonces, ha sido interpretada por muchos artistas, entre ellos, el mexicano Luis Miguel. Seguramente, usted la ha escuchado o bailado más de una vez; yo, la verdad que muchas, me trae maravillosos recuerdos, como a muchos de nosotros.
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2. Sin embargo, hablar hoy de “el reloj” en el Perú tiene una connotación muy diferente. Por ejemplo, el miércoles pasado, tres de los cuatro artículos de opinión en el diario El Comercio giraron en torno al reloj de la presidenta Boluarte. Ella, al igual que Luis Miguel, usa un Rolex. Y claro que mientras que los lujos y excentricidades del reconocido artista no le hacen mella a su fama y éxito –en el mundo en que se desenvuelve, esto más bien es un plus antes que un problema–, el que nuestra presidenta use relojes Rolex ha sorprendido e irritado a muchos. Incluso, un juez supremo consideró razonable autorizar el allanamiento de la vivienda de la presidenta, a pesar de su cuestionable fundamento e impredecibles consecuencias. Politizar la justicia es muy peligroso, pero los encargados de administrarla parecen no entenderlo.
3. La verdad que a mí lo que me sorprende es que solo prestemos atención a un reloj, aunque este sea caro, lujoso y su uso sorprendente en una política supuestamente de izquierda (aunque de este sector político ya casi nada asombra). Más que el reloj, lo que nos debe preocupar es el paso del tiempo sin que verifiquemos un progreso importante en materia de fortalecimiento institucional, reforma del Estado y promoción de la inversión privada. El tiempo pasa, el reloj no detiene su camino, pero, ¿qué es lo que tiene el Gobierno que mostrar en estos frentes? Poco, muy poco, casi nada. El Gobierno se ha dedicado a sobrevivir más que a gobernar. ¿A dónde nos quiere llevar? Pregunto, porque al igual que muchos, no tengo idea.
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4. Hace un mes y medio el Gobierno cambió a los titulares del MEF y el Minem, dos carteras cruciales en materia de la marcha de la economía. Tres semanas después se cambió al presidente del Consejo de Ministros y solo ayer se anunciaron seis nuevos cambios ministeriales. Esto es una modificación mayúscula en el Gabinete y, desgraciadamente, pareciera que los cambios no han sido articulados, ni responden a una nueva estrategia o visión de gobierno. ¡Qué cambalache! Del periodo de Castillo debió la presidenta haber aprendido que la alta rotación ministerial contribuye a la incertidumbre y a la ineficacia del Estado.
5. El reloj no detiene el tiempo y –en forma contraria a la letra del bolero– los peruanos añoramos un nuevo amanecer, uno con un Gobierno con ideas claras y ganas de gobernar con transparencia, no solo de sobrevivir.
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