Presidenta de Asociación PYME Perú
El mensaje presidencial con motivo del Aniversario Patrio, fue más de lo mismo, acusaciones, desgobierno y enfrentamiento. Lamentablemente, los millones de peruanos nos encontramos frente a un gobernante sin rumbo conocido.
Estamos al borde de un país con instituciones quebradas, donde únicamente sirve la aproximación al poder y el aprovechamiento del cargo público, donde la corrupción ya no indigna a la mayoría, porque está normalizada.
Justamente, es en estos momentos donde los peruanos y peruanas debemos ponernos de pie y convertirnos en defensores de la integridad, de la buena fe, de lo correcto y sobre todo del cumplimiento irrestricto de la ley.
El momento que vivimos hoy es clave, estamos celebrando un año más de independencia, como república democrática, y como tal, los ciudadanos tenemos el deber de exigir gobernantes a la altura.
El ejercicio de nuestro derecho de fiscalización tiene que ser motivado por una fuerza cívica, individual y colectiva a la vez. La corrupción esta carcomiendo los cimientos de las entidades públicas y los valores más sagrados de las personas de equidad y justicia. Esta situación nos esta afectando a todos, nos está llevando a una crisis económica y social que será difícil revertir. ¡Debemos tomar el toro por las astas!
Como país, seguimos perdiendo la oportunidad de impulsar la iniciativa empresarial de millones de peruanos, cientos de miles de empresas de todos los tamaños se encuentran en la incertidumbre de continuar operando, prestando bienes y servicios en un país viable, con futuro para los emprendimientos y para el progreso de las familias; todo esto motivado por un activismo ideológico que lo único que hace es dividir a los peruanos.
La corrupción está cada día, copando las entrañas de nuestras instituciones. Y no solo me refiero a los actos de robo y latrocinio relacionados a algunos altos funcionarios públicos muy cercanos a la esfera de este gobierno, sino también a la captura del Estado mediante funcionarios públicos sin capacidades para los puestos que hoy en día ejercen.
Es un escándalo mayúsculo que más de 160 funcionarios públicos, según un informe de Contraloría, no cumplen con el perfil del puesto público. A ello, debemos sumarle esta falta de coherencia y sentido de responsabilidad manifestado en el excesivo cambio de ministros. Durante este primer año de gobierno se documenta una rotación de 59 ministros, nunca antes visto en nuestra reciente historia republicana.
Como era de esperarse, toda esta crítica situación, ha afectado a los más pobres. En estos seis meses, la ejecución de la inversión pública ha sido de solamente el 30% del presupuesto de la Nación. ¡Una vergüenza nacional, por donde se le vea!
Esta ineficiencia se traduce en la carencia de servicios públicos, el colapso de hospitales, programas sociales desatendidos, inversión en infraestructura paralizada, entre otros ejemplos.
Hoy en día, el peruano promedio sufre la inflación, el desempleo y la informalidad, frente a ello ¿qué viene haciendo este gobierno?. Al contrario de darnos soluciones eficaces y focalizadas, nos plantea la llamada “Agenda 19″ que deja de lado al 95% de las personas que participan activamente en el mercado laboral.
Los peruanos y peruanas queremos ser parte de una Nación donde se respeten a las instituciones, donde todos los ciudadanos, sin distinción, sin importar ubicación geográfica o puesto público, cumplan la ley y exijan cumplir la ley, más aún si son autoridades. Esa es parte importante de la definición de vivir en una República Democrática: el orden sobre el caos, el cumplimiento de la ley sobre la ilegalidad, la decencia sobre la inmoralidad.
El mundo nos observa y la situación nacional nos plantea el enorme reto de hacer frente, una vez más, a la insania de la corrupción generalizada y al aprovechamiento del cargo público en las más altas esferas del poder público. Desde la ciudadanía debemos poner un alto, cumplir nuestro deber fiscalizador y alzar la voz ante la corrupción que tanto daño nos genera día a día.