
Escribe: Jorge Arrunátegui, gerente de Sostenibilidad del BCP
La ruta hacia una mayor conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad no siempre es sencilla. En los últimos años, el tema ha generado controversia en países como Estados Unidos, donde la incorporación de los factores ASG ha sido objeto de debate político y ha motivado ciertos reajustes normativos. Pero justamente porque el camino no está libre de dificultades, y porque la información siempre será una brújula clave, es que los reportes de sostenibilidad son tan importantes: dan cuenta del valor que tiene la sostenibilidad tanto para la sociedad como para las empresas.
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Para empezar, es fundamental entender que los reportes de sostenibilidad no deben verse como una simple rutina. Bien utilizados, pueden y deben convertirse en una herramienta poderosa de gestión: permiten establecer objetivos claros, hacer seguimiento al progreso y detectar oportunidades de mejora. Al mismo tiempo, son un mecanismo de rendición de cuentas que fortalece la confianza entre la empresa y sus distintos grupos de interés y son un testimonio tangible del impacto positivo que el sector privado tiene en su entorno.
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En ese sentido, los reportes también contribuyen a combatir circunstancias como el ‘greenwashing’ –es decir, la tentación de comunicar más de lo que realmente se hace–. Al presentar información estructurada, cuantificable y verificable, estos informes ayudan a mantener la coherencia entre el discurso y la acción. Esto se facilita también siguiendo estándares internacionales de reportería, como los de la Global Reporting Initiative (GRI). Además, permiten aplicar un enfoque de doble materialidad, que considera tanto el impacto que una empresa tiene en su entorno como la forma en que ese entorno influye en su operación. Esto no solo aporta una visión más realista y completa, sino que enfatiza la importancia de los reportes para el rendimiento del negocio en el tiempo, sobre todo en sectores donde la sostenibilidad está estrechamente ligada al ‘core’ de la empresa.
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También es cierto que reportar ayuda a alinear mejor las decisiones internas con lo que esperan los distintos públicos en los que la empresa tiene incidencia. Hoy, muchas personas valoran que las empresas actúen con responsabilidad y expliquen con transparencia sus acciones. Lo mismo ocurre con los inversionistas: cada vez hay más interés por instrumentos financieros ligados a criterios ASG, no solo porque existe una ampliada conciencia en pro del bienestar del medioambiente y la sociedad, sino también porque estos, como lo revelan distintos estudios internacionales, generan mayores retornos a largo plazo. Asimismo, se observa que las compañías sostenibles muestran una mayor capacidad de adaptación frente a contextos económicos críticos.
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En el Perú, se han hecho avances importantes. Según la Encuesta sobre Reportes de Sostenibilidad 2024 de KPMG, 89 de las 100 principales empresas del país ya publica información vinculada a criterios ASG, una cifra que destaca en la región y que da cuenta de una adopción cada vez más extendida de estas prácticas. Si bien existe una exigencia regulatoria básica, muchas compañías han elegido ir más allá con reportes cada vez más rigurosos y con mayor alcance.