Relaciones comerciales entre Perú y Brasil: Perspectivas y desafíos

Hoy en día, con una política económica aún poco clara en Perú y un modelo económico expansivo, pero con una creciente necesidad de recaudación de impuestos en Brasil, se evidencia la urgencia en ambos países de incrementar tanto su productividad, como su eficacia, a través de diversas vías, entre ellas, la de sus exportaciones. Este enfoque podría contribuir de manera rápida al mejoramiento económico de Perú y Brasil y, con ello, al aumento de un clima más propicio para el desarrollo de negocios e inversión, no solo en estos países, sino en toda la región.

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En la actualidad, Brasil ha ascendido al noveno lugar en el ranking mundial del PBI, y se prevé un año 2024 de crecimiento sostenido. Perú, por otro lado, mantiene un crecimiento constante en términos macroeconómicos en los últimos años, salvo en el 2023, año en el que se evidenció una desaceleración evidente debido a factores externos e internos. Se espera remontar esta situación, conforme a diversos indicadores, durante el presente año. Por lo tanto, una iniciativa conjunta de ambos gobiernos para aumentar el intercambio comercial, no solo es estratégica, sino imperativa para lograr un crecimiento real de sus economías.

En lo que respecta a las actividades de comercio exterior entre nuestros países, a la fecha, la balanza comercial favorece a Brasil, con US$ 1.8 mil millones en exportaciones de productos brasileños con destino a Perú. Esto sitúa a Perú como el decimoséptimo destino de las exportaciones brasileñas, a pesar de que Brasil suele ocupar el tercer o cuarto lugar como destino de las exportaciones peruanas.

Aunque se han realizado diversos esfuerzos, la disparidad entre nuestras balanzas comerciales genera el temido “flete muerto” para las exportaciones brasileñas. Esto se observa claramente en productos importados de Brasil, que terminan siendo más costosos en el mercado peruano.

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Otro hecho relevante, conforme ha sido revisado por el equipo de comercio exterior de la Cámara Brasil Perú (Cambraper), radica en que muchas transportadoras prefieren la ruta uruguaya, pasando por Argentina y Chile, antes de subir a Perú, lo que resulta en un uso limitado de la carretera Interoceánica, nuestra principal conexión comercial terrestre con el Brasil.

A pesar de las complicaciones y obstáculos que debemos abordar como los antes señalados no hay duda de que las exportaciones peruanas tienen un amplio espacio aun para crecer, al igual que las brasileras hacia nuestro país.

Brasil es un mercado atractivo, con una población de más de 200 millones de habitantes y una economía en expansión. La búsqueda del gobierno para reducir las tasas de interés del crédito al usuario final sin duda impulsará el consumo en Brasil, favoreciendo los productos peruanos que ya son bien recibidos por los consumidores brasileños, como la ropa, productos agrícolas y la comida peruana; así como productos tradicionales como cobre, zinc, oro y harina de pescado.

Actualmente, Brasil exporta a Perú productos más industrializados, como químicos, maquinarias, equipos electrónicos y productos agrícolas clásicos como soja, arroz, aceite y maíz. A partir de 2024, se suman las exportaciones de productos porcinos a las ya fuertes exportaciones de ganado vacuno, aves y sus derivados.

Es innegable que el comercio entre ambos países experimentará un crecimiento en los próximos años, aún más con la inauguración del puerto de Chancay, el que, por sus características, se estima, se convierta en el principal puerto de toda Latinoamérica (así como puerta natural de entrada y de salida de los productos brasileros hacia el oriente).

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Sin embargo, la magnitud de este crecimiento dependerá en gran medida del trabajo del sector público y del impulso de la inversión privada en puntos clave de nuestras fronteras, (mejorando los procesos aduaneros a la par con la infraestructura logística).

En ese sentido, a través de la Cámara de Cambraper, recientemente constituida en la ciudad de Sao Paulo, esperamos colaborar activamente en la mejora, promoción e impulso de las relaciones comerciales y de inversión entre ambos países, de la mano de diversas entidades públicas y privadas peruanas y brasileras que confían en un futuro común para el desarrollo de sus respectivas economías.