Escribe: Galantino Gallo, CEO de Prima AFP
Con el paso de los años, con los avances de la tecnología y la ciencia, los humanos hemos ido conquistando la longevidad. Así, si en los años 50 las personas llegaban a vivir, en promedio, hasta los 45 (una cifra afectada, hay que añadir, por las mayores tasas de mortalidad infantil), hoy el número se acerca a los 75. Y si en 1990 el mundo apenas tenía 95 mil personas que alcanzaban o superaban los 100 años, para el 2024 se estima que la cifra llegará a 722 mil y para el 2050, a 3,6 millones (según un informe del Pew Research Center). Buenas noticias, pues expresan que la calidad de vida está en mejora en todo el planeta.
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En tal sentido, como país, debemos estar a la altura de las circunstancias. En el Perú, el INEI prevé que para el 2050 uno de cada cinco ciudadanos será adulto mayor y que el porcentaje de mayores de 80 será 5,1% (en el 2020 fue 2,6%). Tendremos la suerte de vivir más, pero debemos prepararnos y para eso la construcción de un sistema previsional sólido que, además, incluya mecanismos para incentivar y promover el ahorro voluntario es clave. De hecho, según estimaciones de la OCDE, hechas en el 2019, mantener un pilar de aporte voluntario fuerte aumenta en un 26% la tasa de reemplazo del trabajador promedio.[1]
Hoy, la densidad de los aportes en el Perú es muy baja: En promedio, en una vida laboral de 40 años, el trabajador solo aporta por 16. Una consecuencia clara de nuestros altos niveles de informalidad. A esto se suman las múltiples barreras para hacer contribuciones voluntarias. Por un lado, para los afiliados, estas solo pueden realizarse a un tipo de fondo, por lo que no tienen posibilidad de diversificar sus carteras aún más. Asimismo, a los trabajadores independientes, que no tributan por cuarta o quinta categoría, se les condiciona a la constitución de un aporte obligatorio y a un monto mínimo de S/ 136.33 para quienes tienen comisión por flujo y de S/119.93 para los que cuentan con comisión mixta. Frente a esto, el primer paso tendría que ser flexibilizar el sistema, hacer que le abra las puertas a los que están interesados en ahorrar, en lugar de cerrárselas.
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Pero tan importante como darle facilidades a los que ya buscan hacer aportes previsionales voluntarios (APV) es crear los incentivos y las condiciones para que más personas quieran hacerlos y esto supone fomentar una cultura de ahorro alineada con la realidad de los aportantes. Y hay múltiples maneras de lograr este objetivo. En países como Chile, Estados Unidos y el Reino Unido, por ejemplo, el Gobierno ofrece incentivos tributarios de distinto tipo al ahorro previsional facultativo. Incluso, en nuestro vecino del sur, se plantean diferentes regímenes para los APV, recomendados a partir del nivel de ingresos del ciudadano: El A (recomendado para personas de rentas medias y bajas) plantea bonificaciones de 15% de todo lo ahorrado en un año y el B (aconsejado para personas de rentas medias-altas) rebaja el ahorro del total de renta imponible.[2]
Otra medida interesante es el ‘matching’, a través de la cual se ofrecen complementos a los APV. En Australia, por ejemplo, el Estado contribuye a los fondos de las personas de ingresos bajos y medios con un porcentaje del monto aportado. En ese sentido, si una persona suma mil dólares australianos a su cuenta individual, el Estado aporta 500. Un beneficio condicionado a los ingresos anuales de las personas, para que el incentivo alcance concretamente a los ciudadanos más vulnerables. Y este esfuerzo no tiene que solo depender del sector público, ya que con reglas del juego claras los empleadores podrían implementar campañas de ‘matching’ para motivar a sus colaboradores a ahorrar, como ocurre en el Reino Unido o Alemania.
Opciones, como se ve, hay muchas. Y un proceso de reforma previsional debería tomarlas en cuenta. Porque el objetivo es claro: aumentar el ahorro previsional voluntario, y así como deben darse incentivos para impulsarlo, también deben eliminarse las barreras que lo complican.
[1] https://fen.uahurtado.cl/wp-content/uploads/2020/12/gesten-especial-apv2020.pdf (página 2)
[2] https://www.principal.cl/soluciones/ahorro-pension/apv/beneficios-tributarios
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