Escribe: Martín Reaño, partner en Reaño & Linares Asesores Financieros
Las adquisiciones de empresas no han parado. Da la impresión que todo se compra y que todo se vende. Las empresas familiares medianas y grandes están siendo bombardeadas por propuestas de otras empresas –peruanas y extranjeras– y de fondos de inversión que buscan comprarlas.
Al mismo tiempo, vivimos expuestos a un rumor permanente: de que en el Perú todo va mal. Los políticos son de última, no hay inversión y a este país no lo salva nadie. ¿Cómo puede ser que convivan ambas realidades? ¿Cómo se explica que haya interés en comprar empresas en un país que “no tiene arreglo”?
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Sobre el rumor, mejor ni opinar. Al final del día, solo es un rumor y este va cambiando de intensidad día a día según quienes lo alimentan y según las noticias de cada jornada. Sobre las razones detrás del interés por comprar empresas peruanas pequeñas y medianas, sí podemos dar varias razones. Aquí las principales.
- En el Perú hay aún un espacio importante para que las empresas pequeñas y grandes crezcan y desarrollen su potencial. Son muchas las industrias donde los jugadores son un gran número de pequeñas y medianas empresas. La tendencia natural es que los mercados se consoliden y se desarrollen competidores medianos y grandes a partir del crecimiento de los pequeños. Es decir, hay potencial para que las empresas crezcan y tengan más valor.
- En mercados más desarrollados y grandes, los márgenes de las empresas tienden a ser pequeños. A más competencia, menos margen. En Perú son pocos los competidores grandes, por lo que los márgenes se pueden mantener en niveles altos. Este nivel de inmadurez de los mercados es un factor adicional que atrae a los inversionistas.
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- Estamos en recesión. Para muchas industrias, su actividad se encuentra estancada o se ha reducido. Esto significa también que, para estas industrias, se viene una recuperación y un crecimiento en sus ventas. Los compradores saben esto y son conscientes que están comprando empresas que dentro de poco van a vender más y, presumiblemente, ganar más.
- Hasta la llegada de la pandemia, la actividad económica en el Perú estaba cerrando un ciclo de 20 años de crecimiento y bonanza. Los negocios crecieron vertiginosamente y se generaron oportunidades que antes no se soñaban en el país. Surgieron emprendimientos nuevos, crecieron los que ya existían y una demanda más sólida y sostenida permitió que los empresarios realicen importantes ganancias que fueron acumulando o invirtiendo en sus propias empresas. Con las condiciones actuales de la economía y mirando hacia atrás, las ganancias ya cosechadas por los empresarios hacen que sea razonable vender sus negocios y no arriesgar lo ya ganado. Es decir, están dispuestos a escuchar ofertas y a evaluarlas seriamente.
Hay, pues, no solo muchos interesados en comprar. También hay muchos interesados en vender. El exceso de liquidez que han dejado las políticas monetarias para enfrentar la crisis del covid-19 también actúa como el lubricante necesario para cerrar esas transacciones de compraventa de empresas. Como todo, esto no durará para siempre. ¡A aprovechar el momento!
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