Arturo Planell
Gerente General de Visa Perú
Antes de la crisis sanitaria que trajo el COVID-19 ya observábamos una evolución en el comportamiento de los consumidores, que desde hace un tiempo no se conforman con una forma de pago que simplemente funcione, sino que están constantemente buscando experiencias enriquecedoras y útiles para su vida cotidiana.
Modificar hábitos puede ser complejo y los consumidores sólo cambian la forma en que compran y pagan cuando encuentran un valor agregado al hacerlo. De hecho, según el Informe Global de Comercio Unbound de Visa del 2019, más del 50% de las motivaciones para elegir una forma de pago giran en torno a las necesidades del individuo, desde el control y conveniencia, hasta la simplicidad y personalización.
Con la cuarentena y la mayoría de los comercios cerrados, la opción de compra en línea acaparó las preferencias de los consumidores. De hecho, identificamos que 13 millones de nuestros tarjetahabientes en la región hicieron una compra en línea por primera vez entre enero y marzo de 2020, lo que registró en el caso de Perú un incremento del 15% de nuevos usuarios de comercio electrónico en dichos meses, en comparación al mismo periodo de 2019.
Círculo virtuoso
A la par, cada vez más comercios están digitalizando sus canales de venta, generando un círculo virtuoso en la adopción de medios de pago digitales y acelerando el desarrollo de la infraestructura de aceptación necesaria para materializar un ecosistema más eficiente, seguro y transparente. Si bien este cambio de dinámicas de consumo y aceptación ha sido propiciado por las circunstancias actuales, creemos que es el comienzo de un cambio estructural permanente.
Sin embargo, las compras en línea no son la única modalidad que concentra las preferencias de las personas en estos días. Los pagos sin contacto, también conocidos como pagos contactless, han resultado ser una excelente opción en esta época de distanciamiento social y medidas extremas de higiene.
En línea con la tendencia global, se da una evolución en el uso, desde las transacciones con tarjeta tradicional como las conocemos normalmente, con la tecnología de la banda magnética o el chip, hacia una gradual adopción de las tecnologías sin contacto, que seguirán ganando espacio en nuestra vida cotidiana. En el caso nuestro en Perú, la penetración de los pagos sin contacto durante el mes de abril fue cerca del 20%.
Si bien vemos un crecimiento en la penetración de los pagos sin contacto en Perú, es clave redoblar el esfuerzo y trabajo de todo el ecosistema, de instituciones financieras, emisores de tarjetas, adquirentes, comercios, empresas fintech y gobiernos para que podamos incrementar la aceptación de pagos digitales y movilizarnos más rápidamente a un país con menos efectivo. Esta migración hacia los pagos digitales trae beneficios a individuos, comercios y la economía en general, y resulta vital para atender las necesidades de mayor conveniencia y protección en medio de la pandemia.
Experiencias enriquecidas
Para extender el uso de pagos digitales es clave ofrecer al usuario experiencias enriquecidas y sin fricción. El gran desafío es identificar las preferencias del consumidor, satisfacer sus demandas, su necesidad constante de conectividad y su creciente dependencia de la tecnología, para lograr desarrollar soluciones innovadoras en pagos y convertir la disrupción digital en una ventaja competitiva.
Estamos solamente en el comienzo del futuro de los pagos en el Perú. Las oportunidades para que el país se convierta en un mercado líder en la implementación y adopción de las tecnologías digitales de pagos son muchas y están al alcance de la mano. La situación actual aceleró el trabajo en aceptación y emisión para expandir la red de pagos electrónicos, así como en la colaboración entre distintos jugadores de la industria comprometidos a formar sinergias con el fin de ofrecer una mejor experiencia al consumidor.
Es ahora o nunca, cuando debemos tomar decisiones clave que permitan al ecosistema de pagos digitales favorecer la economía nacional, no sólo bajo la coyuntura, sino para el futuro.