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En el escenario post pandemia, según cifras oficiales, alrededor de 150,000 micro y pequeñas empresas (mype) cerraron sus puertas de manera definitiva, mayormente del sector comercio y servicios. Dejaron sin empleo a cerca de medio millón de peruanos.
Desde la Asociación Pyme Perú hemos presentado a la presidenta de la República y a los ministros de Economía y Producción una agenda de corto plazo para el salvataje y reactivación de la pequeña empresa que se resume en tres aspectos.
Primero: facilidad para el acceso a mercados del ámbito estatal y privado. Las mype formales requieren que el Ejecutivo presente un cronograma de corto plazo para concretar el programa de compras MYPErú, de tal forma que las mype de todo el país puedan atender los requerimientos de las entidades públicas, tanto de ámbito nacional como regional.
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Por otro lado, se necesita acompañar con asistencia técnica a las mype para incorporarse a las redes de proveedores de las grandes empresas. Hoy en día, las mype se encuentran en situación crítica, por lo que activar los mercados debe ser una medida prioritaria.
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Luego está el acceso al financiamiento. Diversos indicadores evidencian la necesidad que tiene el sector de la micro y pequeña empresa de acceder a financiamiento oportuno y accesible. Debe tener condiciones especiales de acuerdo con las especificaciones de los sectores de la actividad empresarial mype. Por ejemplo, para la actividad turística, comercial y de manufactura requiere especificaciones acordes a la realidad de estos sectores.
Finalmente, la estabilidad y el trabajo público-privado. Desde hace más de tres años el sector debe enfrentar la inestabilidad política y económica traducida en alza de precios, carencia de insumos, falta de mercados y financiamiento. Por todo ello es necesario que las nuevas autoridades nacionales, regionales y locales trabajen junto al sector privado para generar un entorno de confianza con paz social y estabilidad para los peruanos.
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Como punto adicional, un elemento crítico en el sector mype, que además empeoró en el 2022, es la informalidad: llega a cerca del 80%. Es decir, 8 de cada 10 micro y pequeñas empresas son informales. Esta situación genera menos ingresos para el fisco y a la vez menos empleo formal con derechos para millones de peruanos. Atender esta problemática debería ser la prioridad de la agenda nacional.
