Diego Romaní
Gerente VP, Commercial & Consumer de Marsh
Ya es común hablar en el Perú sobre principios básicos de responsabilidad civil, tanto empresarial como personal, esto implica que somos las personas o empresas los responsables sobre eventos no deseados, fortuitos, accidentales y ocasionales en nuestro accionar diario. Esto volcado al ámbito empresarial genera nuevas necesidades en materia de control y prevención.
Una de nuestras mayores exposiciones (y que puede significar una responsabilidad civil) dentro de un proyecto ya sea minero, de construcción o en la misma operación de una organización lo representan nuestras empresas contratistas y sub-contratistas, estas son a las cuales le damos la orden de ejecución de una labor especializada y que por sus características pueden operar dentro del predio o bajo órdenes del contratante o empresa titular. Es en este momento en el que debemos agregar un acápite de control adicional en nuestra gestión de riesgos: ¿esta empresa contratista cumple con todos los requisitos estipulados por ley?, ¿cumple con normas relacionadas a Seguridad y Salud en el Trabajo?, ¿está certificada?
El análisis previo nos llevará a obtener como resultado riesgos latentes que en mayor o menor medida exponen a la organización a sanciones, cierres temporales, daños organizacionales, crisis mediáticas, crisis sindicales, etc. Esta exposición nos generará la necesidad de mitigar o tratar estos riesgos para satisfacer nuestra continuidad operativa, tal es así, que podemos aplicar cuatro principios fundamentales: Reducir el riesgo, Transferir el riesgo, Eliminar el riesgo y Aceptar el riesgo.
Una excelente manera de transferir el riesgo es a través de un consolidado y bien llevado programa de seguros, este deberá cumplir a cabalidad las exigencias dentro de una organización desde el punto de vista de personas, bienes y riesgos de operación hasta decantarse en nuestros socios estratégicos tales como las empresas contratistas y sub-contratistas. Desde hace un tiempo es común escuchar el término “Programa de Contratistas” pero, ¿qué implica manejar un programa de ese tipo?
Un programa de contratistas implica una agrupación y segmentación de los mismos en grupos con características similares a fin de poder establecer una necesidad en la gestión de riesgos y seguros, de tal manera que el contratista que va realizar, por ejemplo, la ampliación de nuestro almacén principal pueda adquirir bajo nuestro estándar de pólizas de seguros tales como CAR, Responsabilidad Civil, Vida Ley, Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo, Fianzas, etc. De tal manera que nuestra transferencia del riesgo, que implica la operación de un tercero en un nuestro predio, se haga mediante el mercado de seguros, de tal forma que tendremos pólizas con correcta cobertura, estando correctamente pagadas y a un precio acorde al mercado.
Sobre ello, antes de desarrollar un Programa de Contratistas, es necesario considerar los siguientes factores más importantes:
- El grado de exposición de vidas humanas en la operación: Al tener mayor cantidad de personas en una operación, la probabilidad de que un siniestro ocurra es más alta.
- La complejidad de la operación: Esto se relaciona con la cantidad de movimiento y presencia de activos como, por ejemplo, maquinaria, y de personas. A mayor movimiento, mayor riesgo.
- El nivel de exposición de la operación ante un posible daño a terceros: Es fundamental identificar aquellas zonas que pueden verse afectadas por nuestra operación o algún siniestro ya sean comunidades aledañas, zonas urbanas, bienes o servicios esenciales, y zonas naturales.
Complementar el programa de seguros de nuestra operación junto con las pólizas de seguros armadas bajo nuestro estándar a nuestros contratistas y sub-contratistas serán de gran utilidad frente a un evento no deseado, en donde vamos a poder manejar capas de cobertura y en donde de alguna manera u otra podremos limitar el principio de Responsabilidad Solidaria.