Escribe: Alberto Arispe, gerente general de Kallpa Securities SAB.
Entre marzo del 2022 y julio del 2023, la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) subió 11 veces las tasas de interés de 0.25% a 5.50%. Fue la subida de tipos más agresiva de los últimos 50 años. El objetivo era bajar la inflación, que llegó a un pico de 8.6% anual en mayo del 2022. El mercado temió que la política monetaria restrictiva provocara una recesión y el índice Standard & Poors 500 (que agrupa las acciones de las 500 empresas más importantes de Estados Unidos) bajó 20% en el 2022. La preocupación de que en en el 2022-2023, la alta inflación impidiera a la FED bajar tasas para reactivar la economía motivó que muchos economistas/estrategas anticiparan una crisis financiera peor a la del 2007-2009.
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Sin embargo, esto no ocurrió. La economía creció menos: 1.9% en el 2022 y 2.5% en el 2023, pero no hubo crisis. El Standard & Poors 500 (S&P 500) aumentó 49% desde fines de diciembre del 2022, llegando a picos máximos, hace unos días, en septiembre del 2024.
Controlada la inflación (+2.5% anual en agosto 2024), la FED optó por calentar la economía, hacer realidad las expectativas de los inversionistas y bajar las tasas de interés en 50 puntos básicos hacia 5.00%. Esta primera disminución de tasas de 50 puntos básicos, tras el ciclo alcista anterior, nuevamente ha puesto sobre el tapete el riesgo de recesión. Si bien la teoría indica que menores tasas reactivarán la economía, siempre hay riesgos. Mohamed El Erian, destacado portfolio manager, por ejemplo, señala que una reducción de tasas de 50 puntos, de golpe, para iniciar un ciclo de disminución de tasas eleva muchas preguntas. El hubiese preferido un corte de 25 puntos básicos, porque cortar muy agresivamente hace dudar al mercado de la situación económica.
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Históricamente, la FED corta, cuando inicia un ciclo bajista de tasas de interés, 25 puntos básicos en ciclos de ajustes “suaves”, como en 1995, 1998 y 2019, y corta 50 puntos básicos cuando necesita hacer ajustes “fuertes” para prevenir un colapso de la economía, como en el 2001 (en plena crisis dotcom), 2007 (antes de que explote la crisis subprime) y 2020 (en plena crisis COVID).
Es decir, las tres últimas veces que la FED disminuyó por primera vez, tras un ciclo alcista de tasas, las tasas de interés en 0.50%, hubo recesión y desplome en los precios de las acciones. En el 2001, el recorte de 6.50% a 6.00% ocurrió el 3 de enero de ese año. Nueve meses después el S&P 500 bajó 28.8% y 19 meses después, 41%. El 18 de septiembre del 2007, la Fed redujo tasas de 5.25% a 4.75%. Diez meses después el mercado de acciones cayó 28% y 18 meses después alcanzó un mínimo tras caer 54%. Finalmente, el 3 de marzo del 2020, en pleno COVID-19, la FED disminuyó tasas de 1.75% a 1.25%. El mercado se desplomó 30% en los siguientes 30 días. Los bears temen que un recorte de tasas de 50 puntos básicos podría ser una respuesta a una amenaza económica inminente o a un deterioro grave en las condiciones financieras.
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Otra “señal de potencial recesión” es cuando el mercado observa una inversión de la curva de rendimiento de los bonos del tesoro americano. En cristiano, es cuando la tasa de interés del bono del tesoro americano a 2 años es superior a la del bono del tesoro a 10 años. El mercado ve mucho más riesgo en el corto plazo que en el largo plazo. Si bien la evidencia empírica ha sido discutida en numerosos trabajos de investigación, algunos analistas han podido demostrar la capacidad de predicción histórica de la curva sobre períodos de recesión anteriores. En los últimos 50 años, cada vez que hay inversión de la curva, esta es seguida por una recesión. Esto se vio claramente en el 2023 y a inicios del 2024, pero en las últimas semanas, las tasas de interés de corto plazo han empezado a bajar.
Ahora, la mayoría del mercado está optimista. Solamente el 11% de los administradores de portafolios globales esperan un hard landing o aterrizaje fuerte, que podría llevar a recesión. Bancos de inversión como Goldman Sachs o JP Morgan dan como probabilidad de recesión para los próximos 12 meses menos de 35%. El consenso del mercado estima que en lo que queda del 2024, la FED cortará dos/tres veces más las tasas. Para la próxima reunión del 7 de noviembre, los economistas debaten entre un corte de 25 y 50 puntos básicos. Ello justamente, calentaría la economía.
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Por último, también destacan los escépticos. Aswath Damodaran, prestigioso profesor de finanzas de la Universidad de Nueva York (fue mi profesor de maestría hace 23 años) señala, “Es hora de dejar los mitos. La gente cree la Reserva Federal y los bancos centrales, en general, fijan tasas de interés (no lo hacen), lideran a los mercados (en realidad los siguen), envían señales (lo hacen, pero malamente), y que mueven los mercados de acciones (no lo hacen). Es hora de dejar de pensar esto, pero tengo el presentimiento que esto no sucederá”.
Al final, nadie sabe qué pasará en el futuro. Sí puedo decir que la alta productividad del trabajador americano, la innovación, el impresionante desarrollo tecnológico y el mercado laboral flexible, permite a la economía americana resistir varios problemas estructurales, combatir la inflación y mantener tasas de pleno empleo. Ello sostiene el consumo, las ventas de las empresas y el crecimiento de las utilidades de las empresas. Y son estas variables, las que soportan los precios de los activos que cotizan en los mercados. El consenso del mercado espera que la economía americana crezca 2.5% este 2024 y 1.7% en el 2025. Veremos qué pasa.
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