Escribe: Pedro Pablo Kuczynski, expresidente de la República
(17 de febrero del 2025) Parece difícil hablar de crecimiento económico en el contexto actual peruano. Pero el Perú ha sobrepasado momentos muy difíciles en los últimos años: un gobierno inoperante y corrupto después de la elección del 2021; un auge de la criminalidad y de las actividades ilegales al mismo tiempo; una falta de capacidad gubernamental para hacer buenos proyectos de infraestructura que el país necesita a gritos y, sobre todo, una elección en la cual se presentarán más de 50 partidos y otros tantos candidatos presidenciales, congresistas, senadores y muchos más. Sobre este cuadro patético, todos coinciden que es un bloqueo y una valla insuperable para el crecimiento. Entonces tenemos que pensar cómo vamos preparando la transición hacia el dinamismo.
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Lo que está muy claro es que el país no va a estar estable si su economía no crece. La gente que perdió su trabajo formal en medio de la pandemia del covid-19 (2020-2022) no se ha recuperado. En medio de todo esto hay señales positivas en la parte del manejo financiero del país: precios estables, crédito internacional sólido y sobre todo un Banco Central respetado dentro y fuera del Perú. Debemos construir sobre esta base.
Es poco probable que se logre arrancar el motor de la inversión mientras el panorama político siga siendo tan incierto como lo es ahora. Pero, por otro lado, el Perú parece estar mejor que otros países vecinos. Entonces debemos empezar a pensar en lo que necesitamos para darle vida e impulso a la economía.
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En primer lugar, los analistas, los medios y los dirigentes de las empresas deben proponer una reforma de la legislación que ha pasado por el Congreso en los últimos años: unas cosas buenas y otras muy malas. Un país no se puede sostener con cambios legislativos constantes que afectan el ambiente necesario para la inversión.
Segundo, los mismos dirigentes, medios y analistas deben pensar y proponer las medidas correctivas que se plantearán en un futuro Congreso, pero deben ser debatidas desde hoy. No se nos pueden crear verdaderas reformas al último momento sin haberse trabajado y considerado la opinión pública. Para eso hay que hablar con las regiones y sus verdaderos líderes, si los hay. No podemos estar a la deriva esperando que las soluciones caigan del cielo sobre un terreno poco fértil.
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En tercer lugar, es absolutamente esencial restablecer el orden público. Basta con ver la tasa de homicidios que entre el 2016 y el 2018 fue aproximadamente 400 por año en todo el país. Hoy, si es que las estadísticas son mas o menos correctas, el nivel de homicidios se ha quintuplicado, y de ser el país número 40 en el mundo en el rango de homicidios en esa época, hoy somos uno de los lideres en este triste equipo. Algunos sugieren el tratamiento Bukele y efectivamente hay cosas que podrían servir en un nuevo programa, pero también debemos de pensar que la educación tiene mucho que ver con evitar la criminalidad. Pienso que ningún candidato podrá ganar las elecciones el 2026 si no propone un plan creíble de seguridad ciudadana. Hasta ahora hay muchas ideas pero pocas propuestas concretas.
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En cuarto lugar tenemos que la informalidad es un cáncer para el futuro del Perú, porque tolera el desorden y merma los recursos públicos. Es urgente tener un plan de formalización en sectores que pueden generar muchos recursos, como es por ejemplo la minería de oro, hoy en un auge mundial causado por las incertidumbres internacionales que crecen día a día. Para formalizar se necesita antes que todo convencer a la población que estará mejor con la formalización que con la informalidad y la ilegalidad.
Finalmente, es fundamental reprimir y eliminar la extorsión, que nos coloca hoy al nivel de los países fallidos del llamado tercer mundo. La estrategia para eliminar la extorsión debe ser mano dura, muy dura, como cárceles sin salida y educación a los reos para que se den cuenta que la extorsión no es el camino.
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Eso requerirá una reforma total del sistema judicial, incluyendo la Fiscalía y muchos juzgados que hoy sueltan a los reos flagrantes, para mejorar sus perspectivas políticas de los jueces y fiscales.
Con todo, el Perú ha sobrevivido pero ha perdido el tiempo, porque hemos tenido en estos años mercados internacionales fuertes, tenemos empresarios innovadores en la agroindustria y otras actividades, hay una nueva generación de jóvenes bien educados y emprendedores que dudan si se quedan en el país o intentan lograr sus sueños internacionalmente.
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No digo que todo esto sea fácil en medio de un período electoral, más bien es casi imposible llevar a cabo un programa como el descrito, pero sí es posible preparar las medidas, discutirlas en público para concientizar a los votantes y hacer que los medios y contratistas hablen de soluciones en vez de repetir innecesariamente las mismas noticias de acusaciones políticas. Tenemos que organizarnos y superar la vergüenza que nos da estar entre los primeros lugares de criminalidad en el mundo, que es a lo que hemos llegado debido a la irresponsabilidad de la mayoría de los políticos de nuestro querido país.
¡Manos a la obra!
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