Director de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Lima
La revolución industrial y la economía de mercado, iniciadas en el Reino Unido hace más de 250 años, generaron un cambio positivo en las condiciones de vida de la humanidad al lograr un incremento significativo en los niveles de productividad y, consiguientemente, en los niveles de ingreso de los habitantes del planeta Tierra. Solo por mencionar un ejemplo, fue a partir de mediados del siglo XVIII que los avances de la ciencia y sus aplicaciones tecnológicas iniciaron un proceso continuo de mejora significativa en la esperanza de vida de los seres humanos. Sin embargo, también se profundizaron los problemas sociales y ambientales como consecuencia, entre otros factores, de la falta de conocimientos, referentes, y regulaciones sobre la calidad de vida de los trabajadores y la protección del medioambiente. Hoy, son pocos los que insisten en una economía sin regulaciones, así como también son pocas las empresas que solo se preocupan de sus utilidades anuales o del valor de corto plazo de sus acciones en las bolsas de valores. Cada vez son más las compañías que incluyen, por convicción o pragmatismo, la necesidad de que sus inversiones generen un impacto social o ambiental positivo. Y es que para que una sociedad o país sea estable y se desarrolle requiere que el mayor porcentaje de su población se beneficie del crecimiento económico. Incluso, la dinámica económica debería beneficiar al 100 % de la población o generar algún nivel de “piso social” que evite la pobreza; si es que se pretende generar sociedades integradas que eviten crisis sociales, las cuales obstaculizan el progreso.
En esa línea de pensamiento, este año, en el Perú, a través del grupo Aliados de Impacto, se logró incorporar al Grupo Directivo Global para la Inversión de Impacto, GSG, por sus siglas en inglés, que significan Global Steering Group for Impact Investment. En la creación de Aliados de Impacto contribuyeron, entre otros, la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), el Gobierno de Canadá y el Gobierno de Suiza.
Aliados de Impacto tiene cuatro líneas de acción: conocimiento, comunidad, mercado e incidencia. En primer lugar, en lo relacionado con el conocimiento, se busca profundizar las investigaciones que permitan que las inversiones tengan cada vez un mayor impacto social y ambiental positivo neto. En segundo lugar, en lo relativo a la comunidad, se pretende generar que los inversionistas, las empresas y los socios de desarrollo puedan actuar coordinadamente con el sector público para crear oportunidades que permitan la generación de sociedades más desarrolladas y estables. En tercer lugar, en lo vinculado al mercado se pretende construir mecanismos, herramientas y acciones que generen oportunidades de inversión de impacto para los diferentes actores del ecosistema local e internacional. Y, en cuarto lugar, en lo referido a la incidencia, se tiene como objetivo trabajar con el sector público y privado con el fin de promover las inversiones de impacto y eliminar las barreras existentes para que las iniciativas puedan alcanzar su máximo potencial.
Aliados de Impacto pretende contribuir con un Perú más justo y equitativo dentro del desarrollo de una economía de mercado, con un Perú donde sus habitantes se encuentren cada vez más satisfechos de haber nacido en esta tierra al sur del mundo. Todas las empresas deberían preocuparse por la generación de un mayor impacto entre sus trabajadores, proveedores, clientes y comunidad en general porque, de esa forma, contribuyen con su propio crecimiento, y con un mundo más feliz y estable desde la perspectiva del índice de la felicidad de las Naciones Unidas.