Escribe: Gonzalo Ruiz, economista asociado de Macroconsult
Un estudio realizado por Alderete (2022) aplicado a países de América Latina muestra que el efecto de un aumento de 1% asociado al crecimiento del internet móvil tendría un impacto de 0.23% sobre el crecimiento del PBI mientras que en el caso del internet fijo el efecto es de 0.31%. El internet fijo que se distingue por su limitada movilidad y por ofrecerse a nivel residencial o corporativo, se ha caracterizado siempre por exhibir una mayor velocidad frente al servicio móvil, pero al mismo tiempo, por sus propias características, ha solido ser relativamente más caro y con una menor cobertura geográfica, debido a los mayores costos de despliegue que enfrenta. Eso explica por qué según Osiptel, en el 2022, el 89.5% de hogares peruanos contaba con internet móvil, mientras apenas un 41.7% accedía a internet fijo.
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Sin embargo, en los últimos años hemos observado un mayor dinamismo en los servicios fijos. Entre el 2017 y el 2023, el número de conexiones de internet fijo pasaron de 2.3 millones a 3.5 millones (es decir un crecimiento anual del 7%). Este crecimiento, que también ha venido dándose a nivel internacional, se ha caracterizado por la emergencia de nuevas tecnologías basadas en el despliegue de fibra óptica al hogar o a los edificios (FTTH o FTTP, por sus siglas al inglés).
Del cobre a la fibra óptica
Los servicios de internet fijo han pasado por distintas fases tecnológicas, soportadas en el uso de redes que han sido utilizadas en su momento para fines distintos. Una de las primeras tecnologías utilizadas para la provisión de servicios de internet fijo es la denominada DSL (Digital Subscriber Line) que consistía en la transmisión de datos digitales a través de un par de hilos de cobre, proveniente de una red telefónica. Un segundo grupo de tecnologías identificadas bajo la denominación de DOCSIS (Data Over Cable Service Interface Specification) consistió en sistemas operacionales basados en el uso de cable coaxial, utilizado para TV de paga. Una de las aplicaciones más difundidas de este estándar es el HFC (Hybrid Fiber Coaxial).
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En los últimos años, se observa a nivel internacional una tendencia creciente en el uso de tecnologías basadas en el uso extendido de la fibra óptica en las redes de acceso. En el caso del Perú, en el 2023, esta nueva tecnología ha terminado de desplazar a las tecnologías soportadas en cable, representando hoy el 56% del total de suscripciones.
Son varios los factores detrás de este proceso de cambio tecnológico. En primer lugar, durante la pandemia, se generó una mayor demanda por conectividad fija (y mayores velocidades) en los hogares y las empresas, producto de la necesidad de implementar el teletrabajo o de intensificar los canales digitales de venta. En segundo término, la existencia de barreras reducidas a la entrada y de acceso a esta nueva tecnología, ha atraído a nuevos competidores de escala mediana, de origen nacional o regional, que han venido incursionando en los mercados de provincias; generando una mayor presión competitiva a los operadores tradicionales. En tercer término, las tecnologías así como los precios de los insumos, han abaratado los costos asociados a la inversión y provisión de servicios basados en fibra óptica.
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La buena noticia es que con esto las velocidades promedio de internet fijo han mejorado. Según Osiptel, el porcentaje de suscripciones con velocidades mayores a 100 mbps pasó de 10.7% desde mediados del 2022 a 25.9% hasta el primer semestre del 2023. Asimismo, la cobertura de internet ha estado creciendo a mayor ritmo en ciudades de provincia, en las que la penetración de este servicio era muy baja comparada con Lima. Así, en el mismo período, el crecimiento en el número de conexiones en las regiones de Tumbes, Loreto, Ica y Apurímac fue de 66%, 51%, 36% y 34%, respectivamente.
Perspectivas: ¿Competencia entre tecnologías a la vista?
Estamos en medio de un proceso de transición, dentro del cual las conexiones de fibra, continuarán liderando el crecimiento de la banda ancha fija. Según la Fiber Broadband Association, el crecimiento del número de suscripciones de banda ancha fija en América Latina entre 2023-2027 será de alrededor del 10% anual. Sin embargo, la aparición de nuevas opciones tecnológicas derivadas de la era 5G, para el uso de servicios fijos inalámbricos (FWA, por sus siglas en ingles), podría imponer un límite a ese crecimiento en el largo plazo. Aún es prematuro concluir cómo se relacionarán ambas tecnologías, pero una posibilidad es que en ciertas localidades el uso de tecnologías FWA pueda resultar más costo-eficiente que el despliegue de fibra. Perú se encuentra atrasado respecto de otros países de la región en los procesos para adjudicar las bandas de 5G, en contraste con Brasil, Chile o Colombia que ya las han adjudicado. El regulador y el Gobierno deberán mantener una política neutral, para asegurar que sean las tecnologías más eficientes las que prevalezcan en el mercado.
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