Presidente de Confiep
La frase que titula este artículo es el pedido de miles de micro y pequeñas empresas ante la situación dramática e insostenible que atraviesa el Perú. La clase trabajadora y ciudadanos de todo el país no pueden desarrollar sus actividades con normalidad, seguridad y estabilidad.
Los actos de violencia ocurridos en las últimas semanas han quitado la posibilidad de trabajar y así recuperar la economía de las familias peruanas. No se puede tolerar que amenacen a las personas para que dejen de trabajar y participen en actos violentos, exponiendo sus vidas.
Agropecuario, turismo y minería, los sectores que más empleo directo e indirecto generan (alrededor de 10 millones), son los más afectados, impactando en sus cadenas productivas, donde el 95% son micro y pequeñas empresas. Si no resolvemos esta situación lo más pronto posible, el impacto perdurará por años, generando la quiebra de millones de mypes, la pérdida de empleo y el aumento de la pobreza. Además, la inversión se irá a otros países y los turistas no querrán visitar el Perú.
Necesitamos autoridades capaces de preservar la integridad de las personas y que protejan el derecho a la vida, el libre tránsito, el trabajo, así como la defensa de la propiedad pública y privada. El Estado debe garantizar estos derechos.
Sepamos diferenciar la violencia con protesta. Y el legítimo descontento popular no puede ser utilizado para imponer agendas políticas. Los peruanos tenemos diferencias, pero entre nosotros debe prevalecer la paz. No se puede aceptar que la crisis y la inestabilidad política sean la norma.
Tomemos medidas que permitan pacificar el país, además de establecer una agenda concreta de desarrollo. El Gobierno y el Congreso deben trabajar juntos para devolverle al país la esperanza, resolviendo esta crisis civilizadamente, de manera institucional y responsable.
Asimismo, el sector empresarial debe tener un rol más activo y contribuir con las autoridades nacionales y regionales en la ejecución de proyectos públicos que atiendan las necesidades de la población, y cuyos recursos provienen del crecimiento económico.
No cabe duda de que el país requiere cambios y mejoras. Estos deben surgir del diálogo y de consensos entre todos: Estado, sociedad civil, trabajadores y empresarios. Retomemos así la senda de desarrollo sostenido en el país.
El Perú tiene todo para prosperar. Hay talento, capacidades y personas comprometidas con el desarrollo. Tenemos la tierra y el mar que nos permite alimentar al Perú y al mundo, los mejores atractivos turísticos y una de las mejores gastronomías. Contamos con recursos naturales que el mundo necesita más que nunca.
Necesitamos propiciar una reconciliación nacional y unirnos para volver a trabajar por nuestras familias y por el progreso del país que todos anhelamos.
Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor.