Director periodístico
El ministro de Economía, Alex Contreras, tuvo un “punche” de realidad y ya no ve el mundo tan color de rosa. Luego de una contundente advertencia de la agencia Moody´s publicada en nuestra edición del viernes, el titular del MEF reconoció en el Congreso que la economía peruana está en recesión y que la situación es “completamente difícil”. El problema es que se tardó y eso retrasó la toma de decisiones urgentes.
Por ejemplo, a poco más de dos meses para que acabe el año y comiencen las lluvias por el Fenómeno de El Niño, recién el ministro solicitó un crédito suplementario de más de S/1,500 millones al Congreso para financiar un paquete de reactivación económica y de prevención para enfrentar el riesgo climatológico.
El titular del MEF asegura que este paquete será un “electroshock” de gasto público o una “inyección a la vena” de la economía. La gran interrogante es si realmente funcionará, si estos recursos terminarán materializándose en obras de prevención o en el cierre de brecha.
Y perdonen el escepticismo, pero no es la primera vez que desde el Gobierno se anuncia lluvia de millones sin resultados concretos o con algunos muy decepcionantes. Esta semana la Contraloría General de la República advirtió que al 12 de octubre el Ejecutivo solo ha ejecutado el 19.2% de los recursos para afrontar los efectos de El Niño.
Si bien la estrategia del Gobierno es que se pague cuando se realicen las obras y no se den adelantos, el mayor problema es que estando ya a mediados de octubre solo se ha comprometido la mitad de la plata. Es decir, aún no hay contratos para obras por la otra mitad de los recursos, cuando estamos a nada del inicio de las lluvias.
Y esos retrasos sí afectan la confianza de los agentes económicos, clave para la recuperación de la inversión privada. No obstante, el ministro asegura que todo el deterioro económico que estamos viendo este año es producto del desastroso Gobierno de Pedro Castillo. Y puede ser verdad hasta un punto, pero las actuales autoridades también tienen una cuota de responsabilidad.
No cree, acaso el ministro Contreras que entregar a dedo y sin competencia, lotes petroleros en Talara a Petroperú, una empresa que tuvo que ser rescatada con la plata de todos los peruanos para que no quebrara y a la cual Standard & Poor’s Global Ratings le acaba de bajar la calificación, es una mala señal y justamente mella la confianza.
O que recientemente el ministro de Trabajo, Daniel Maurate, asegurara que los altos costos laborales no salariales no son un problema para la formalidad, lo que va directamente en colisión con las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y con decenas de expertos sobre esta materia.
Entonces, ¿cuál es la estrategia del Gobierno para recuperar la confianza? ¿Basta con la inyección de gasto público y viajes al exterior para convencer a inversionistas? ¿o es necesario impulsar medidas concretas que den los incentivos necesarios para que la inversión privada vuelva a fluir en diferentes sectores? Esperemos que las respuestas a estas interrogantes no se den con los lentes color de rosa con los que se estaba mirando la realidad del país.