Las señoras de las ollas comunes tienen una lista de lo que necesitan, de los servicios que quieren tener. Todo ordenado, planificado y transparente.
Las señoras de las ollas comunes tienen una lista de lo que necesitan, de los servicios que quieren tener. Todo ordenado, planificado y transparente.

Escribe: , economista del y exministra de Desarrollo e Inclusión Social

Nueva Esperanza es una iniciativa colectiva de un grupo de mujeres de San Juan de Lurigancho. Todas las promotoras de esta idea trabajan, desde el 2020, voluntariamente en Ollas Comunes para ayudarse y ayudar a sus comunidades. Llevan años alimentado a miles de personas cada día, luchando para conseguir apoyo y generar soluciones que les permitan, a ellas y a sus comunidades, enfrentar las distintas crisis que se suceden. Ellas partieron su recorrido pensando en crear Ollas Comunes durante la pandemia, pero luego vino la inflación, la crisis, la inseguridad alimentaria, y así siguen siendo absolutamente necesarias para la supervivencia de sus comunidades.

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Hace dos años, la vicepresidenta de la Red de Ollas Comunes de Lima, Abilia Ramos, fue a la CADE y ante la pregunta de cómo las podemos ayudar, ella dijo que querían apoyo para salir adelante, no regalos, no donaciones esporádicas, sino un apoyo sostenido y sostenible. Pidió que el sector privado se organizara y las ayudará colectivamente. El sector privado comenzó a ver qué podía hacer para ayudar a estas mujeres luchadoras que enfrentaban las dificultades con coraje y entereza.

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El proceso fue largo. Diagnósticos, construcción de relaciones de confianza, visitas e intercambios permitieron aclarar que había que apoyar a las señoras de las Ollas Comunes en lo que ellas priorizaban: forjarse un futuro con más oportunidades sin descuidar su rol de soporte comunitario. Así, gracias al apoyo de la oficina del Coordinador Residente de Naciones Unidas, del Banco Interamericano de Desarrollo, de Perú Sostenible, al Equipo Técnico de la Red de Ollas Comunes de Lima y de varias personas y empresas se apoyó el desarrollo de un proyecto de un centro comunitario para mujeres líderes de Ollas Comunes. Este centro permitirá fortalecer el servicio que entregan las mujeres a sus vecinos, raciones de comida, servicios, información, soporte, y brindará servicios para las mujeres voluntarias de las Ollas Comunes de la zona. Cuidarlas a ellas, apoyar su bienestar, es pieza fundamental para que ellas puedan seguir atendiendo a sus comunidades.

Luego de un largo proceso de postulaciones y evaluaciones, se seleccionó competitivamente a la Olla Nueva Esperanza de San Juan de Lurigancho como el espacio para armar este primer centro comunitario de servicios que fortalezca al conjunto de Ollas Comunes del distrito, que permita probar modelos de soporte para las señoras que allí trabajan.

Nueva Esperanza definió, con las señoras de todas las Ollas Comunes de la Red que quedan relativamente cerca al local, lo que quiere ofrecer. Ellas priorizaron tres acciones para este primer año: 1) acondicionar el local para que sea un espacio multiusos para poder hacer reuniones, capacitaciones, dar servicios a los vecinos, y a la vez seguir operando, cada vez mejor, como Olla Común; 2) desarrollar actividades productivas (el sueño es lograr una panadería comunitaria) y potenciar las decenas de emprendimientos económicos que muchas de ellas ya tienen (necesitan gerencia, contabilidad, inglés, nutrición, educación financiera, marketing, etc.); y 3) generar un centro de bienestar para ellas: un espacio para consultas de salud y psicología, hacer actividad física, capacitaciones en temas de interés, etc. Esto último es vital, acciones para cuidarlas y asegurar que puedan seguir cumpliendo su vital rol en cada uno de sus vecindarios.

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Todo lo que se ofrezca en Nueva Esperanza será gestionado por las propias señoras de la Red de Ollas Comunes de San Juan de Lurigancho, y será soportado en la colaboración de empresas, organizaciones sociales y entidades de la cooperación. No se trata de darles un donativo, se trata de acompañarlas en su proceso de desarrollo, de sumarse a sus iniciativas. Ya varias empresas han comprometido llevar servicios semanal o mensualmente, de aportar recursos para acondicionar el espacio, servicios especializados. Todos sumamos. Las señoras tienen una lista de lo que necesitan, de los servicios que quieren tener. Todo ordenado, planificado y transparente. Perú Sostenible, a través de la Mesa de Acción por el Hambre Cero, actúa como articulador de los apoyos del sector privado y coordinará para llegar de forma ordenada, para rendir cuentas de lo hecho y para sistematizar el proceso.

Nueva Esperanza nos ofrece una oportunidad de sumarnos al esfuerzo ciudadano de estas mujeres luchadoras y solidarias, y de demostrar que como sector privado estamos a la altura de las señoras. Ya son más de 20 empresas y organizaciones comprometidas para lograr que esta iniciativa colectiva sea un éxito. ¡Comencemos el 2025 con ganas, marcando la diferencia y demostrando que aquí estamos para contribuir!

SOBRE EL AUTOR

Magister en Economía Agraria por The Pennsylvania State University y Economista de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Ex Ministra de Desarrollo e Inclusión Social.

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