Como parte de nuestras resoluciones al comenzar el año, partimos por identificar desafíos pendientes en el camino hacia el desarrollo sostenible para priorizar soluciones. Prevalecen, entre otros, la débil institucionalidad e inestabilidad política, inseguridad y criminalidad, la desaceleración del crecimiento económico y aumento de la pobreza; todo esto en un ambiente de polarización y “fractura social”. En este contexto, es clave reflexionar sobre el rol que juega la empresa para incidir en la búsqueda de soluciones para estas problemáticas que van más allá de su ámbito de acción tradicional. Hoy más que nunca se torna importante pensar en el sistema empresarial y el socioambiental como un todo, considerando que los impactos de adentro hacia afuera, y viceversa, están interconectados. Reconociendo también que los sectores empresariales deben tener un rol más activo en velar por el bienestar de la sociedad y el medio ambiente.