María Julia Sáenz, socia líder de Tax & Legal de KPMG y co-chair de WCD en Perú
En anterior ocasión he señalado que la tecnología cambiará radicalmente la profesión tributaria. Pero seamos honestos. El área tributaria no suele ser la más creativa e innovadora. Cuando hablamos de transformación tributaria a veces es difícil lograr que las personas se enganchen y decidan a explorar el arte de lo posible y prefieran más bien refugiarse en la pura técnica fiscal y la aplicación estricta de las normas, al más puro estilo del asesor clásico o el hacedor tradicional.
Y es que es humano rechazar el cambio, especialmente cuando no vemos que el mismo pueda traer una ventaja inmediata o evidente para el que se ve forzado a cambiar. Creo que con el pasar de las semanas resulta claro que el desarrollo de la IA empieza a cuestionar el abordaje tradicional del cumplimiento tributario y la asesoría y nos preguntamos cómo podemos hacer mejor nuestro trabajo. Entendiendo por “mejor”, el valor que genera nuestra intervención como humanos en el diseño de una estrategia fiscal o el aseguramiento del cumplimiento tributario apropiado de acuerdo con la legislación vigente.
En esta reflexión me encuentro con el concepto de neuro plasticidad. El ChatGPT la define como la capacidad del cerebro para reorganizarse y adaptarse cambiando sus conexiones neuronales en respuesta a la experiencia, el aprendizaje o lesiones. En esencia, es la capacidad del cerebro para remodelarse y ajustarse a lo largo de la vida.
Existe abundante información sobre el particular, que ha demostrado cómo la mayor parte de nuestro actuar se encuentra programado y vuelto rutina; y cuando no nos retamos, básicamente actuamos en piloto automático y no aprendemos. Un desarrollo lineal en esta trayectoria, claramente nos encontrará con una IA que suplirá mucho o todo el valor que traemos al campo laboral.
Si nuestro cerebro puede lograr transformarse generando mayores conexiones neuronales a través del desafío constante, incorporando nuevos aprendizajes, actividades, ejercicios (mentales y físicos), estamos en capacidad de transformar nuestra vida y nuestra profesión. Como líderes tenemos la responsabilidad de fomentar las habilidades de cambio en nuestros equipos, sus capacidades de seguir aprendiendo y de reinventarse constantemente a lo largo de su vida. Para ello, es necesario cultivar resiliencia mental y flexibilidad emocional.
Cuando la IA derivada de la aplicación de los modelos de lenguaje grandes (LLM) diseñados para comprender y generar lenguaje humano de manera coherente, avance a modelos de IA General, que tendrá habilidades cognitivas similares a las humanas, capaces de entender, aprender y desarrollarse en un amplio espectro de las actividades humanas, tenemos la obligación moral de habernos entrenado resilientemente, para mantenernos vigentes, habiendo desafiado la amenaza de “irrelevancia” que nos presenta el desarrollo tecnológico que venimos experimentando.
La tributación se beneficiará de profesionales con un nivel de consciencia más elevado, capaces de proponer soluciones tributarias de alto valor, cuidando la reputación de sus asesorados, ayudando al crecimiento de sus países, a través de una contribución fiscal diseñada apropiadamente, en concordancia con la regulación vigente y en la medida de las necesidades de crecimiento y desarrollo de las actividades empresariales que aportan valor a las sociedades en las que los contribuyentes operan.