Manuel Romero Caro
Economista
Faltando 41 días para el día de las elecciones el panorama no es tan beneficioso para los partidarios de Pedro Castillo (PC), como piensan muchos; ni tan negativo para los que no deseamos que Perú Libre (PL) tome el poder. Todo parece indicar que PC estaría atravesando la primera crisis pública electoral al interior de PL. Durante la campaña de la primera vuelta y posteriormente durante los 10 días posteriores a las elecciones, tanto Castillo como Cerrón, Boluarte y otros dirigentes de PL continuaron detallando los aspectos centrales de lo que serían las principales medidas que aprobarían si es que triunfaran en la segunda vuelta.
Sin embargo, el jueves 22.04, el candidato expresó, en una entrevista en Exitosa, que el plan redactado por Vladimir Cerrón, líder de Perú Libre, no es el que ejecutará en su gobierno. “Lo que has leído es el ideario. Nosotros hemos trabajado un programa de Gobierno y más allá de lo que diga o deje de decir Cerrón, el que va a gobernar soy yo, Pedro Castillo”, explicó al periodista Nicolás Lúcar. Sin embargo, el viernes 23.04, Pedro Castillo volvió a cambiar de opinión, enfatizando que en una eventual presidencia suya pondrá en marcha el plan de gobierno presentado ante el JNE (el de Cerrón) para la primera vuelta. “Acá no se ha cambiado, no hay ninguna hoja de ruta que hay que cambiar. La única ruta que ha estructurado es el pueblo peruano. En ese contexto, nos ratificamos con el planteamiento inicial que hemos tenido en la primera vuelta”, expresó en entrevista con RPP.
Estas marchas y contramarchas tan rápidas de Castillo obligan a preguntarnos, ¿quién o quiénes tienen la fuerza para enmendarle la plana al candidato? Y, naturalmente, la primera opción sería Vladimir Cerrón: él ha estudiado medicina en Cuba, casado con cubana y claramente está en una línea más radical. Además, del logo de Perú Libre, él controla a la mayor parte de los dirigentes de dicho movimiento y a una parte de la futura bancada. Mientras que Castillo, además de su entorno, contaría con el apoyo de la mayoría de los profesores.
El problema es que Castillo se encuentra en una encrucijada. Si retrocede o “flexibiliza” su programa de gobierno (como lo trató de hacer el jueves 22) perdería a gran parte de los que votaron por él en la primera vuelta, pero ganaría nuevos votantes, en el supuesto que los electores le crean sus promesas de campaña. Sin embargo, PC volvió a cambiar de opinión el viernes 23, posiblemente presionado por el sector radical de PL, liderado por Vladimir Cerrón.
Por lo que todo parece indicar que PL está atravesando su primera crisis pública en período electoral. Hay que señalar que el miércoles 21 Cerrón “utilizó su cuenta de Twitter para emitir un pronunciamiento como si fuera él, y no Pedro Castillo, el candidato presidencial de Perú Libre” (I) “En los primeros meses (de gobierno) garantizamos la compra masiva de las vacunas para todo el pueblo. Luego iniciamos la construcción de un gran sistema de atención primaria y secundaria en salud. Sin salud no hay trabajo. (Y) sin esta no hay reactivación económica”, enfatizó el secretario general de PL.
¿Esta demostración de poder de Cerrón el miércoles gatilló las declaraciones del jueves de Castillo en las que claramente lo desautorizó? Eso no lo sabemos. Pero lo que sí conocemos es que el viernes Castillo retrocedió y reivindicó a Cerrón. Naturalmente, estas diferencias públicas afectarán la campaña de Castillo. Ya que lo lógico es “flexibilizar” el programa para atraer a otros electores. Sin embargo, eso dependerá de la correlación de fuerzas interna de los dos sectores, el de Cerrón, más radical, más ortodoxo y más cercano a Cuba, y el de Castillo, más heterodoxo y menos ideológico.
(I) Hildebrandt en sus Trece 23.04.21 .