Tener una vida más sana suele estar entre los propósitos que nos planteamos cada inicio de año; y uno de los temas de los que más se está hablando en el último tiempo, en especial en el espacio laboral, donde el estrés puede afectar nuestro bienestar.
Recientemente, se publicó la encuesta State of the Global Workplace 2024 Report, realizada por la consultora norteamericana Gallup en más de 160 países, la cual revela que el 41% de los trabajadores encuestados en el 2023 experimentó mucho estrés en el trabajo (44% en América Latina). De acuerdo con esta investigación, uno de cada cinco trabajadores experimenta soledad a diario, siendo esta mayor entre los trabajadores que realizan teletrabajo, donde la proporción es uno de cada cuatro. El reporte indica también que los trabajadores a los que no les gusta su trabajo tienden a tener altos niveles de estrés y preocupación diarios, así como elevados niveles de las demás emociones negativas. Además, se señala que la sensación de bienestar de los trabajadores bajó de 35% en 2022 a 34% en 2023.
En el Perú, el reglamento de la Ley General de Inspección del Trabajo (DS 019-2006-TR) califica el incumplimiento de las disposiciones relacionadas con riesgos psicosociales como infracción grave en materia de seguridad y salud en el trabajo, lo que supone multas que pueden ir desde 1.57 UIT (S/ 8,399.50) hasta 26.12 UIT (S/ 139,742), dependiendo de la cantidad de trabajadores afectados.
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Cabe señalar, sin embargo, que esta norma solo brinda una perspectiva general sobre factores de riesgo psicosocial, no siendo delimitados como un campo de afección para las organizaciones y sus trabajadores. No obstante, actualmente las empresas cuentan con una serie de herramientas que se han publicado el año pasado y que pueden ayudarles a gestionar la salud mental de sus trabajadores.
Actualmente las empresas cuentan con una serie de herramientas que se han publicado el año pasado y que pueden ayudarles a gestionar la salud mental de sus trabajadores.
El Consejo Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo del Ministerio de Salud, por ejemplo, publicó el protocolo para la prevención y control de los factores de riesgo psicosociales en el trabajo, donde se propone la identificación y evaluación de los factores psicosociales en tres etapas: aplicación de un cuestionario (sobre carga y organización de trabajo, soporte y apoyo, trato, inclusión laboral, motivación, etc.), puntuación de cada respuesta del cuestionario, y muestreo e intervención del Comité o el supervisor de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST).
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) presentó la Guía de prevención y control de los factores de riesgo psicosociales en el trabajo, donde se establece un sistema de prevención que consta de planificación, identificación y evaluación de los factores de riesgo psicosociales, y el control de estos últimos. Estas acciones deben estar integradas al Programa Anual de SST de los empleadores.
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Por último, el MTPE publicó el Informe Técnico de los Factores de Riesgo Psicosocial en Trabajadores de Lima Metropolitana, que se enfoca principalmente en el estrés, al que define como: insatisfacción laboral, cansancio psíquico (desequilibrio entre las exigencias del trabajo y los recursos con los que cuenta) y relaciones hostiles continuadas (rechazo de los compañeros de trabajo). Y agrega que los factores que influyen en el estrés laboral pueden estar relacionados al ambiente de trabajo, a las tareas que se realizan, a la organización del trabajo, o a la organización personal y el entorno familiar.
A nivel organizacional, activan el estrés laboral la ausencia de liderazgo, y un ambiente de trabajo tóxico y/o rígido, no sujeto al cambio ni a la adaptación a las nuevas tendencias. En cambio, las políticas de comunicación, de reconocimiento y de equilibrio trabajo-vida personal, así como actividades de integración, reducen el estrés.
Es importante mencionar que, además de las condiciones del entorno de trabajo, el estrés laboral puede ser generado como consecuencia de la falta de prioridad que los propios trabajadores le dan a la salud mental. Por ejemplo, no solicitar vacaciones o pedir turnos extras para generar mayores ingresos, no realizar actividades físicas en sus tiempos libres y sobre todo no recurrir a la ayuda profesional cuando corresponda. Esto, entro otros puntos, acrecienta la falta de equilibrio trabajo-vida personal.
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Estos problemas impactan en la productividad laboral. Ello en razón de que dicho estado emocional del trabajador termina generando bajo rendimiento, desmotivación, ausentismo, y provocando la disminución de la eficacia general de la empresa.
Por ende, resulta ventajoso para el empleador atender estas problemáticas a fin de potenciar la motivación, el compromiso y la creatividad de los trabajadores, reteniendo al mejor talento y fortaleciendo la reputación de la compañía. Asimismo, es necesario que los trabajadores tomen conciencia de la importancia del cuidado de su salud mental. No basta que el empleador se preocupe por el bienestar general de su personal, son los mismos trabajadores quienes deben poner su bienestar como prioridad.
Socia del Estudio Olaechea
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