
Escribe: Alberto Haito, director en Arellano
Estamos entrando en la época del año en que usualmente se inician los procesos de planeamiento estratégico. En algunos casos se hará uno nuevo, en otros se actualizará uno aún vigente y en otros se continuará con el actual sin hacer mayores cambios. Si bien no hay una regla que indique el mejor momento para hacer un plan estratégico, es recomendable hacerlo ahora porque de esta manera se alinea con el plan del próximo año, el cual se elaborará en los próximos meses.
LEA TAMBIÉN: Enfrentar la minería ilegal, ¿por dónde empezar? Según PPK
Sin duda, es una buena ocasión para hacer un alto en el camino y reflexionar sobre el entorno en que estamos y proyectar lo que se viene. Este ejercicio nos debería llevar a identificar carencias, con lo cual debemos incorporar planes específicos sobre temas que la realidad actual exige.
LEA TAMBIÉN: En el Perú, la eficiencia es un delito que se paga con recorte de presupuesto
Un primer punto, ya ineludible, es el cómo integrar la inteligencia artificial como pilar estratégico de la empresa. Lo dicho implica tener un plan que lleve a incorporarla en el ADN de la organización, como un motor de la eficiencia, la innovación y la competitividad.

Un segundo tema, también ineludible, es cómo integrar la sostenibilidad en la empresa. Esto ya no pasa solamente por la conciencia social o ecológica de accionistas, directores y alta gerencia, sino por un reclamo de la sociedad. Si bien este fenómeno es aún incipiente en nuestro medio, su crecimiento es claro: ya se observa una preferencia de consumidores, especialmente los más jóvenes, de clientes en general y de proveedores, por productos y servicios de empresas que demuestren, con hechos concretos, que están trabajando en sostenibilidad.
LEA TAMBIÉN: Economía circular: impulso estratégico para la competitividad
Un tercer elemento es la ciberseguridad. En concreto, la velocidad a la que crece la ciberdelincuencia es mayor a la velocidad con la que se implementan medidas de seguridad en las empresas. Un comportamiento usual es tener una baja inversión en prevención, con lo que la protección de activos críticos y la continuidad del negocio están en riesgo. Lo que corresponde en realidad es tener un plan detallado al respecto acompañado de la inversión correspondiente, antes de que ocurra un evento.
LEA TAMBIÉN: Irresponsabilidades que pagaremos todos
Por cierto, lo mencionado no constituye una lista excluyente. Habrá más temas que incorporar dependiendo del giro del negocio y del momento que vive la empresa.