Socia de Vodanovic
Muchos piensan que la solución es tener una Ley FinTech. Debemos señalar que, a diferencia de México, Ecuador y Chile, el Perú no ha optado por promover una Ley General para la industria FinTech ¿Es necesaria una ley para fomentar su crecimiento ordenado? Opino que no.
Antes de emitir una norma, se debe identificar el objetivo de interés público a cautelar y preguntarnos si ese objetivo ya está cubierto con la regulación actual o puede cubrirse con ajustes a ésta. Asimismo, debe analizarse el costo-beneficio para determinar si las ventajas son superiores al costo. En materia de regulación FinTech, tenemos los principios de la Alianza del Pacífico que orientan a regular lo estrictamente necesario y de manera proporcional a los riesgos. De lo contrario, podría frenarse la innovación.
La experiencia de México con su Ley FinTech no ha sido la mejor pues ha frenado la innovación. Hay varios modelos innovadores que hoy no pueden desarrollarse libremente como el Banking as a Service o iniciativas en el Sandbox (espacio de prueba) que aún no miran la luz. En Chile y Ecuador es muy pronto para opinar.
El caso opuesto es Brasil, que tiene el mercado más activo y desarrollado en FinTech, con pagos 100% interoperables y varios bancos digitales, entre los que destaca Nubank. Brasil no tiene una Ley FinTech sino una regulación flexible que permite la innovación, proyectos de normas que se consultan a la industria, un Estado promotor que da cabida a la competencia. Un ejemplo es su sistema Pix, que busca habilitar transferencias crossborder y su regulación de Open Banking, que permite más competencia, pero que exige estándares mínimos a los terceros.
¿Qué podemos hacer en Perú para que nuestra industria FinTech, hoy incipiente, crezca de manera ordenada y generando confianza? Primero, educación financiera digital, tanto para los agentes FinTech como para los usuarios, autoridades y todo el ecosistema. Esta educación permitirá entender el modelo y las reglas de juego para sus aplicaciones y usos. Con ello nos daremos cuenta de que hay varios negocios que en Perú se pueden hacer sin necesitar una norma específica. Segundo, estándares mínimos por cada vertical de negocio. Cualquiera sea el estadio de su crecimiento, todas deben cumplir estándares mínimos para operar de manera confiable, sin esperar a que llegue la regulación. Los estándares básicos serían: Cumplimiento normativo, gestión de riesgos -especialmente ciberseguridad-, gobierno corporativo y finanzas básicas. Sin estos estándares, difícilmente crecerán. Y tercero, es importante que las FinTech sean escuchadas y consideradas en los proyectos regulatorios de las autoridades. Para ello, deben estar unidas, agremiadas, con una voz unísona y canalizando adecuadamente los intereses de la industria.
La industria FinTech seguirá creciendo, generando cada vez más inclusión financiera. Este modelo será empleado cada vez más por bancos, corporaciones y empresas tecnológicas. Debemos generar confianza y, por la experiencia internacional, la manera más eficiente sería, en esta etapa inicial, autorregulándose bajo estándares mínimos, de modo que no esperen a que el Estado imponga las reglas y, si éste emite nuevas regulaciones, la industria ya esté preparada.