Escribe: Lorena Trelles, jefe de Relaciones Públicas de Luz del Sur
En un mundo donde el cambio climático es una de las principales amenazas que enfrentamos, el Perú tiene una ventaja única y una oportunidad invaluable para liderar la transición hacia una movilidad sostenible que permita revertir con éxito este problema.
El país tiene una importante oportunidad para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, cuyos precios son volátiles y están sujetos a factores externos que no podemos controlar. Al apostar por la movilidad eléctrica, estamos promoviendo la seguridad energética del país y potenciando el uso de nuestra energía limpia y renovable. Esto, a su vez, tiene un impacto directo en la economía nacional, al disminuir las importaciones de combustibles y fomentar el desarrollo de tecnologías limpias e innovadoras.
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Además, la electrificación del transporte, más que una moda, es una necesidad estratégica. En un país donde la calidad del aire en las principales ciudades es un tema de preocupación, los vehículos eléctricos se presentan como una solución efectiva para reducir la contaminación urbana. Las emisiones contaminantes de los vehículos de combustión contribuyen significativamente a problemas de salud pública, como enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Al adoptar una movilidad eléctrica, no solo mejoramos la salud de nuestra población, sino que también reducimos los costos asociados con el tratamiento de las enfermedades.
Hoy, la misión es no solo distribuir energía eléctrica, sino también contribuir a un desarrollo sostenible que beneficie a todos los peruanos.
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Creemos que el camino hacia un futuro más limpio y eficiente pasa por la electrificación del transporte, y estamos preparados para liderar esta transformación junto a nuestros socios y la comunidad. Apostar por la movilidad eléctrica es apostar por un futuro más limpio, saludable y próspero para nuestro país y para las generaciones que vienen.
No podemos ignorar la importancia del rol del Estado en este proceso. El Gobierno debe asumir un papel de liderazgo claro y decidido, a través de la implementación de políticas y regulaciones que fomenten la adopción de vehículos eléctricos. Incentivos fiscales, subsidios para la instalación de estaciones de carga y programas de financiamiento para la compra de vehículos eléctricos son solo algunas de las medidas que pueden acelerar esta transición. Asimismo, es fundamental trabajar en conjunto con el sector privado para diseñar estrategias que faciliten esta adopción y garantizar que los beneficios de la movilidad eléctrica lleguen a todos los peruanos.
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