¿Quiere abusar la empresa del trabajador cuando le facilita trabajar de manera remota? No lo creo, menos a nivel corporativo, donde la preocupación de la alta dirección sobre la Ley del Teletrabajo y su reglamento —que pasaron por una larga construcción— giraba alrededor de que no establezcan una sobreexigencia tal para el empleador que haga imposible la aplicación del teletrabajo, ya sea a tiempo completo o en formato híbrido. Pero Jorge Toyama, nuestro laborista de cabecera, llama la atención sobre el tufillo que se extiende en el reglamento que finalmente publicó esta semana el Ejecutivo y que “parte de la premisa que el empleador impone o se aprovecha del teletrabajo”.