Escribe: Armando Cavero, socio en AIMS International.
Las empresas se esfuerzan permanentemente por diseñar y dar a conocer la propuesta de valor de sus productos y servicios para atraer y fidelizar -si esto es posible todavía hoy - a sus clientes; para ello aplican su creatividad y activos más importantes intentando como mínimo mantener su posición de mercado o superarla continuamente. En suma, buscan ser más atractivas al público que la competencia. Pero en momentos como el actual, donde esas mismas empresas luchan y compiten por atraer a los colaboradores más exitosos ¿desarrollan y explicitan una propuesta de valor para sus colaboradores (PVC)?
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Amerita que las empresas se detengan un momento a pensar si es que aplican la misma proactividad y esfuerzo para atraer colaboradores creando una PVC tal y como como lo hacen para atraer clientes. Escuchamos desde hace muchos años que las personas talentosas escasean, pero aparentemente, los esfuerzos que se realizan para atraer, desarrollar y retener a esos colaboradores no se comparan con los que se realizan para con los clientes.
Por eso debemos desarrollar y comunicar formalmente una PVC que describa con precisión lo que la organización puede dar, debiendo ser clara y alineada con sus estrategias de corto, mediano y largo plazo. Esta debe comprender el conjunto de beneficios y recompensas tangibles e intangibles que la organización ofrece a cambio de habilidades, conocimientos y experiencias creadoras de valor, en sintonía con las mencionadas estrategias. Crear y compartir una PVC estructurada y seria es quizás la mejor forma de atraer y retener a los colaboradores, en particular a los más determinantes y claves en su desarrollo y el alcance de sus principales logros. La PVC expresa un diseño claro de trayectorias profesionales, oportunidades de mejora, crecimiento y otros beneficios que hacen que un trabajo sea atractivo. Al crear y vivir una PVC, las organizaciones pueden aprovechar el poder de la gente para aumentar su compromiso, productividad y el mejor esfuerzo individual y colectivo en pos de sus objetivos. La PVC es en verdad la promesa que una organización les hace.
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La mayoría de las empresas compiten en precio, calidad y servicios y de modo análogo, debe competir con sus niveles de compensación, beneficios, programas de desarrollo, propósito, aporte a la sociedad y otros elementos más profundos, que atraerán y retendrán a las personas. Si estos elementos están alineados con sus objetivos, la empresa gozará de una PVC sólida, que la conduce a un mejor desempeño de negocios y a una mayor satisfacción de sus integrantes.
Resumiendo, con una PVC que responda a los intereses de todas las partes por igual, las empresas pueden lograr:
1. Mayor compromiso y satisfacción de los empleados.
2. Mayor atracción, rendimiento y productividad laborales.
3. Capacidad para atraer y retener a los mejores.
4. Menor costo de rotación
5. Mejor reputación de marca empleadora
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Crear una marca de empleadora de nivel superior, es una excelente manera de mejorar los esfuerzos de contratación y la retención tan mellados en este siglo. Si se invierte tiempo para definir qué hace que una empresa sea única, qué tipo de personas está buscando y que les ofrece, se puede crear una marca atractiva y de mayor capacidad de retención. Transmitir eficientemente la cultura y los valores de la empresa debe ser el inicio de la estrategia de desarrollo de una PVC que genere estos efectos altamente deseados.
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