Socio de Vinatea & Toyama
Un reciente estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que examinó negociaciones colectivas en 80 países, concluye que este mecanismo cumplió un papel destacable durante la pandemia protegiendo a trabajadores y empresas, asegurando en muchos casos la continuidad de los negocios y salvando puestos de trabajo e ingresos. Asimismo, señala que los convenios colectivos pueden ser un “bastión anticrisis” pues las partes estarían en mejores condiciones para encarar esta situación; y finalmente, puede servir para afrontar los cambios estructurales que se darán en el mundo del trabajo.
En el Perú estamos acostumbrados a que la normativa que regule las condiciones laborales provenga principalmente del Estado, sin darnos cuenta de que trabajadores y empleadores tienen en sus manos un mecanismo que puede regular responsablemente las condiciones de trabajo. Por ello, una buena negociación colectiva puede ser el instrumento de mayor importancia en las relaciones entre sindicatos y empresas. Su buen desarrollo y conclusión impacta en las condiciones económicas y laborales de los trabajadores y también en las relaciones entre estos y sus empleadores, con el consecuente efecto positivo en los resultados de las empresas.
Para ello, los empleadores deben tomar en cuenta algunos elementos al negociar. Primero, deben evaluar el perfil de los miembros de la comisión negociadora del sindicato. A partir de este análisis, se podrá proyectar qué se puede esperar durante la negociación, ayudando también a diseñar la estrategia en la mesa negociadora. Segundo, se debería formar una comisión negociadora para cada ocasión, lo cual no es un “copiar y pegar” negociaciones anteriores, sino parte de la estrategia de la negociación. Al diseñarla debe pensarse en quiénes representarán a los trabajadores en las negociaciones y en qué tipo de relacionamiento deseamos entablar en los próximos años. Asimismo, es necesario que los miembros inspiren confianza, conozcan las operaciones de la empresa, representen sus valores, transmitan su propósito, sean empáticos, respetuosos, conciliadores y con capacidad de adoptar acuerdos.
Tercero, será importante también proyectar el convenio colectivo deseado. Antes de iniciar la negociación debe trabajarse los distintos escenarios bajo los que podría suscribirse el convenio colectivo. Al concebir estos, no solamente debe tomarse en cuenta el presupuesto disponible, sino también el orden en la progresión de beneficios en el tiempo, así como el futuro de las relaciones laborales. Cuarto, se debe contar con un plan de comunicación para la negociación. Este plan debe contemplar las oportunidades, los objetivos, los canales, los mensajes, así como los indicadores, a efectos de evaluar su efectividad. Y finalmente, se debería trabajar un plan de crisis, pues la negociación colectiva puede gatillar riesgos de orden laboral, operativos, de producción, reputacionales, etcétera.
De un buen manejo de las negociaciones colectivas por las partes, depende mucho del rol que puede cumplir este mecanismo, sobre todo en tiempo de crisis.