Presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos
La ley aprobada la semana pasada por el Congreso de la República y que supuestamente tendría que impulsar la masificación del uso de gas natural no cumplirá su objetivo porque en sí misma establece trabas y excluye de los beneficios aprobados a millones de actuales y potenciales usuarios.
Se trataba de una propuesta planteada por el Poder Ejecutivo que establecía, en esencia, una tarifa nivelada para favorecer a los usuarios de gas natural en las regiones, la cual se sustenta en un mecanismo de compensación, que en opinión de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos debería provenir parcialmente del Fondo de Inclusión Social Energético (FISE).
De último momento el pleno del Congreso decidió aprobar un texto sustitutorio que no mejoraba el planteamiento del Gobierno y cuyos efectos son los siguientes:
Se excluyó de las medidas promotoras de la ley a las concesiones vigentes: con esto se marginó a los actuales usuarios en nueve regiones del país (Tumbes, Áncash, La Libertad, Lambayeque, Cajamarca, Arequipa, Moquegua, Tacna, e Ica, ¿los congresistas de esas regiones que apoyaron esto sabían lo que estaban votando?) Calculamos que son más de un millón de personas, sin contar con aquellos que esperaban acogerse a los beneficios de la nueva norma para poder conectarse a la red de gas natural.
Se redujo los alcances de la ley solo a las familias registradas en el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh): con ello se discriminó a los usuarios no considerados como pobres y a los comercios e industrias reguladas.
No consideró al FISE como parte del mecanismo de compensación, a pesar de que este fondo ha demostrado ser el principal aliado de la masificación, sino que crea un recargo en el servicio de transporte de gas natural: esto terminará incrementando la tarifa de los consumidores finales, entre ellos, los hogares.
Entendemos que la decisión del Congreso y de la Comisión de Energía y Minas presidida por el congresista Carlos Alva Rojas, fue motivada por un interés genuino y comprensible de focalizar las medidas, pero la exclusión no es el la única ni la más justa forma de focalizar en este tipo de casos, se podrían haber dado otros mecanismos que no diluyan el objetivo y no dejen fuera a millones de usuarios.
En Lima la masificación funciona bien hasta hoy, porque son los grandes consumidores, es decir industrias y generadores eléctricos, los que sustentan una tarifa accesible para los hogares. La idea original era crear similares condiciones en las regiones para impulsar el proceso y era importante incluir a las actuales concesiones porque son los caballos que debían jalar ahora la carreta de la masificación, porque son proyectos en marcha, con un sistema de distribución instalado. En términos simples, son la línea de partida para lograr más conexiones rápidamente, no se puede simplemente sacarlas de la realidad.
La masificación del gas natural ha sido quizá la promesa bandera más usada por el presidente Pedro Castillo y su gobierno, pero si no logra corregir las distorsiones de esta norma, esa bandera se quedará a media asta.