Cofundadora de Kaudal y partner en Laboratoria
Hace dos semanas, Microsoft anunció el lanzamiento de Copilot, una funcionalidad que permitirá a sus usuarios utilizar modelos como GPT-4 de Open AI en productos como Word, Excel, PowerPoint, Teams, Outlook y GitHub, y en conexión segura con los datos de cada empresa. Microsoft lo anunció como “la herramienta de productividad más poderosa del planeta” y aunque aún no lo sea (Copilot aún está en etapa de prueba), sí creo que tiene el potencial de serlo en algunos años. Al menos en el sector corporativo, donde Microsoft tiene mayor penetración que Google.
Como early user de GPT-4, me ha impresionado todo lo que he podido hacer con su interfaz Chat GPT para ahorrarme tiempo y aumentar mi perspectiva. Lo he podido usar con facilidad tanto en tareas personales (ej. hacer mejor turismo en una ciudad) como en tareas laborales (ej. escribir más rápido artículos como este o mejores contenidos para mi web).
También lo he podido usar por medio de herramientas conocidas en el mundo de las startups que ya han integrado el poder de Open AI a sus plataformas (ej. Notion, Coda, Slack o Miro). Pero que Microsoft ofrezca esta integración significa que esta nueva inteligencia artificial va a estar disponible para más de mil millones de personas en el mundo, que además van a poder usarla para manipular de forma segura datos e información de millones de empresas y trillones de transacciones.
Además, Google no se va a quedar atrás, quien también incorporará una inteligencia artificial similar a sus productos que llegan aún a más personas y más empresas de diversos tamaños.
Sé que aún pueda no parecerlo, pero estamos frente a una nueva revolución tecnológica, donde el uso de la inteligencia artificial se está democratizando y este será un cambio tan trascendental como la aparición del internet. Así como hoy quedan pocas actividades laborales que hacemos sin una conexión a la red, en algunos años serán pocas las actividades laborales donde no utilicemos IA.
Pronto cada uno de nosotros estará usando IA en actividades del día a día como enviar correos, limpiar nuestro inbox, hacer reportes de datos, hacer presentaciones, comunicarnos entre nosotros o comunicarnos con clientes.
Son dos los factores que están llevando a la democratización de la IA. El primero es que estos nuevos modelos como el GPT-4 de Open AI han sido entrenados por años –y con mucha data– para comprender lenguaje humano y responder en lenguaje humano.
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Por eso los llaman Large Language Models. La IA existe desde hace décadas, pero estos son los primeros modelos con los que podemos comunicarnos de forma humana, sin tener que saber programar o ejecutar funciones técnicamente complejas.
El segundo factor es que estos modelos de IA están siendo integrados de forma muy rápida en distintos productos que ya estamos acostumbrados a usar y por empresas que saben crear interfaces amigables que podemos usar con facilidad (Más Google que Microsoft realmente). Por eso, muy pronto será común en el trabajo chatear con Copilot (o con su equivalente en Google) para pedirle que haga tareas tediosas mientras dedicamos el tiempo ganado para hacer algo mejor.
De hecho, estos modelos de AI nos llevarán a utilizar funcionalidades muy potentes que ya existen en las herramientas de Microsoft o de Google, pero que la mayoría de las personas no las usamos por no saber cómo acceder a ellas. Por ejemplo, en algún momento ya no tendremos que recordar y escribir fórmulas complejas en Excel para hacer, por ejemplo, una tabla dinámica o una búsqueda vertical de un parámetro en una lista. Pronto, le pediremos estas funciones a un chat en el mismo Excel y usaremos palabras más humanas que “vlookup”.
¿Significa esto que la inteligencia artificial eliminará empleos? Pues algunos sí, lamentablemente. Pero son muchísimos más los empleos que mejorarán con la IA que los que serán eliminados. Según un estudio global de UiPath, más de dos tercios de las personas se sienten frustradas y limitadas en su trabajo por hacer tareas manuales y repetitivas. Herramientas de automatización como estas pueden quitarnos estas tareas de encima y liberarnos de tiempo para dedicarlo a mejores proyectos personales o profesionales.
Me gusta el nombre de Copilot que Microsoft escogió para la integración de la IA a su suite de productos, pues reconoce que aún se necesitará un piloto humano en la mayoría de los trabajos que se apalanque en la inteligencia artificial para hacer su trabajo mejor, con mayor productividad, creatividad y satisfacción laboral.
Confío en que las personas y las instituciones trabajaremos juntas en integrar lo mejor de nuestra inteligencia humana con lo mejor de la inteligencia artificial, para así evolucionar nuestra forma de trabajar y de vivir. Confío en que sucesos como la temporal prohibición de ChatGPT en Italia serán solo barreras que superar para lograr este objetivo.
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