Presidente de Capeco
Ayer oí a un analista político sostener que “si el presidente disuelve el Congreso, como consecuencia de pedidos de confianza antojadizos y negados, su permanencia en el poder dependerá de las fuerzas armadas”. Asimismo, estamos a la espera del reporte de la OEA para saber si existe o no un golpe de Estado en marcha contra el presidente. La gran pregunta es, ¿los peruanos no podemos resolver nuestros problemas? Entiéndase por peruanos a la sociedad civil organizada en sindicatos, gremios empresariales, colegios profesionales y otras importantes instituciones conformadas por ciudadanos libres que pueden hacer oír su voz, ya que ni los partidos políticos ni sus organizaciones satélite impulsoras de marchas poco concurridas, son capaces de ponerse de acuerdo en puntos mínimos para darle una salida viable a la actual crisis que vive el país.
La Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) y la Federación de Trabajadores de Construcción Civil del Perú (FTCCP) venimos hace veinte años, de forma ininterrumpida, resolviendo el pliego anual de negociación por rama de actividad. Esto nunca ha sido tarea fácil. Sin embargo, aunque se nos considere gremios aparentemente antagónicos, hemos podido abrir un vínculo útil para explorar de forma conjunta otros proyectos y propuestas como la que hemos lanzado últimamente: “Pacto por la Construcción de un Perú mejor”.
La clase política no ha entendido que su misión es precisamente la de buscar consensos y acuerdos en el mayor número de asuntos posible. Ante esta abdicación por parte de los representantes del Ejecutivo y del Congreso, alguien tiene que tomar ese lugar y esperemos sea el Acuerdo Nacional el que reaccione ante la urgencia de buscar que salir del entrampamiento, mediocridad y corrupción que se han instalado a todo nivel en el aparato público.
El mencionado “Pacto por la Construcción de un Perú Mejor” comprende un conjunto de medidas para reactivar la economía, crear empleo formal, mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables, modernizar la gestión estatal y contribuir a recuperar la institucionalidad democrática. Esto se debe concretar a través de la revisión total de nuestro sistema de contratación de obra pública; de la rigurosidad en la selección de funcionarios públicos, priorizando las sugerencias y procesos de selección implementados en Servir; y de la reforma política cada vez más urgente.
Todos esos puntos, sin duda, deben ser de preocupación de un gran número de ciudadanos y de organizaciones que los cobijan, de manera que se hace necesaria la suma de todas ellas en procura de los objetivos planteados. El acuerdo firmado en la CADE entre Confiep y la CGTP va en esa línea y es otro paso importante y digno de ser destacado. Empecemos a construir un camino distinto dándole las opciones al país que en otros ámbitos le han negado.