
Escribe: Ricardo Romero, especialista en comercio exterior
La reciente investidura de la Orden El Sol del Perú a la Baronesa Gloria Hooper es una noticia que trasciende el ámbito protocolar para convertirse en un símbolo de reconocimiento a una vida dedicada al servicio público, a la diplomacia parlamentaria y, sobre todo, al fortalecimiento de los lazos entre el Reino Unido y Latinoamérica. En tiempos de transformaciones políticas profundas y desafíos compartidos a escala global, su figura destaca como ejemplo de cómo la diplomacia —la formal y la informal— sigue siendo una herramienta esencial para construir entendimiento, confianza y cooperación entre regiones.
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La Baronesa Hooper, miembro de la Cámara de los Lores desde 1985, ha desempeñado múltiples responsabilidades en la vida pública británica: desde cargos ministeriales hasta la conducción de comités parlamentarios clave. Pero lo más notable de su trayectoria es la constancia con la que ha impulsado, durante décadas, una relación estratégica y humana entre el Reino Unido y América Latina. Su liderazgo en organizaciones como Canning House y la Anglo Latin-American Foundation ha sido decisivo para promover diálogos políticos, educativos, culturales y económicos que han acercado al Reino Unido con diversas naciones de la región.

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Hooper ha defendido con firmeza la importancia de que Latinoamérica ocupe un lugar central en la agenda internacional británica. En la Cámara de los Lores ha sido promotora incansable de debates sobre cooperación, desarrollo sostenible, educación y diplomacia cultural. Su trabajo, muchas veces llevado a cabo con discreción, ha tenido un impacto real y duradero en la forma en que ambas regiones se entienden y colaboran. Representa a una generación de diplomáticos parlamentarios que comprenden que las relaciones internacionales se construyen tanto en los despachos como en la sociedad civil, en la cultura y en la educación.
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Por ello, la distinción otorgada por el Perú tiene una resonancia especial. No solo reconoce la labor de una figura pública británica; reconoce también un compromiso genuino con Latinoamérica y un afecto tangible hacia el Perú. Este homenaje confirma que la diplomacia efectiva no siempre se ejerce desde los gobiernos: también surge de las redes de confianza que construyen personas comprometidas, capaces de tender puentes más allá de sus fronteras.
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En este punto, no puedo evitar añadir una reflexión personal. Conocí a la Baronesa Hooper en 2019, en Londres, y desde entonces he sido testigo directo de su pasión y su compromiso por estrechar aún más las relaciones entre el Reino Unido y nuestra región. Siempre estuvo disponible, siempre mostró interés real, y siempre fue una aliada incondicional del Perú. He tenido la fortuna no solo de trabajar con ella, sino también de recibir consejos que me sirvieron enormemente en mis responsabilidades oficiales. Es para mí un honor tenerla como amiga, y me llena de alegría que el Perú haya decidido reconocerla con tan alta distinción. Mis más sinceras felicitaciones por este homenaje absolutamente merecido.
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Ese vínculo personal que tantos hemos experimentado con la Baronesa Hooper es precisamente lo que explica la profundidad de su impacto. Ella ha sabido cultivar relaciones basadas en el respeto, el conocimiento mutuo y la constancia. En un mundo marcado por tensiones geopolíticas y agendas cambiantes, figuras así se vuelven indispensables: recordatorios vivientes de que la diplomacia también puede ser un espacio de cercanía, entendimiento y cooperación sincera.
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La Orden El Sol del Perú no solo honra una carrera; honra una forma de entender las relaciones internacionales. Celebra a una mujer que ha dedicado su vida a construir puentes donde otros veían distancias. Y, al hacerlo, también celebra la importancia de que el Perú y el Reino Unido continúen apostando por una relación robusta, basada en valores compartidos y objetivos comunes.
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La Baronesa Gloria Hooper es, sin duda, una constructora de vínculos. Su reconocimiento es un logro personal, pero también un símbolo del camino que debemos seguir: uno donde la amistad, el respeto y la cooperación sigan guiando nuestra presencia en el mundo.







