Periodista
El presidente tiene razón. No es posible que gracias a una norma legal solo una o dos empresas puedan distribuir oxígeno medicinal a nivel nacional y al precio que les dé la gana. No es admisible que un grupo de clínicas privadas cobren precios exorbitantes y prohibitivos, al punto que obliguen a los familiares de los pacientes a vender o hipotecar sus bienes.
Pero: ¿por qué el Gobierno no corrigió estos problemas desde el día 1?, ¿por qué esperar al día 100, después de tantos hospitalizados y fallecidos?
¿Por qué si se dieron cuenta de esta situación, que les pareció tremendamente irregular y hasta sospechosa, no dieron inmediatamente otra norma legal al inicio de la emergencia corrigiendo el problema del oxígeno y ampliando la oferta?, ¿cuántas vidas se habrían podido salvar si se daba otra norma desde el día 1, el 10, el 20, o 30?
Y lo de las clínicas. ¿Tantos meses para una negociación tan vital?, ¿por qué observaron la ley del Congreso sobre esto mismo invocando la defensa de la propiedad privada, la libre competencia, y el mercado?, ¿por qué no aplicaron la Ley General de Salud hace bastante tiempo?
Ninguno de estos temas -así como la compra de pruebas moleculares, de respiradores mecánicos que Confiep sí pudo comprar y el Gobierno no, y un largo etcétera- eran problemas estructurales de hace cien años. Son asuntos que el Ejecutivo podía resolver con decisiones y normas que se aprobaban en 5 minutos. Para eso es gobierno. ¿Cuánto podía demorarle al Consejo de Ministros decidir cambiar la norma sobre el oxígeno o aprobar la aplicación de la Ley General de Salud?
No tendremos respuestas porque toda la atención se la llevó el ultimátum del presidente con amenaza de expropiación, lo que va a seguir generando la idea de que el Gobierno tiene un sesgo antiempresa, tirado hacia la izquierda, que -según dicen- deja a la ministra de Economía- a quién los empresarios defienden como proinversión privada- muy sola en el gabinete, y sin capacidad de hacer nada frente a la “aplastante” posición del premier y sus “huestes rojas”.
¿Es verdad que la ministra de Economía está tan sola?, ¿piensa diferente y se opone a varias de las medidas, las actitudes y los dichos del premier y sus aliados, como afirman tan categóricamente los empresarios?
Si está tan sola, en desacuerdo y en conflicto con PCM, Salud, Producción, Trabajo y otros, ¿por qué avala las medidas, acciones y declaraciones de esos miembros del Ejecutivo, con su firma en las normas, su presencia, y su respaldo explícito a todas las acciones y medidas del Gobierno?, ¿avala la amenaza de la expropiación, por ejemplo?, ¿no tiene ninguna capacidad de influir en el presidente para hacer frente a los “rojos” del gabinete?, ¿ a pesar de las tremendas diferencias que muchos dicen que existen, pesa mucho la relación entre el presidente y su familia como para hacer prevalecer su opinión, presionar, o poner su cargo a disposición o hasta dar un paso al costado?