Jorge Beingolea, Vicepresidente de Soluciones de Portafolio de Credicorp Capital Asset Management
En marzo los tradicionales activos refugio (el oro y los bonos del Tesoro de EEUU) destacaron en los mercados internacionales. Al 24 de marzo, el oro había rendido 8.3% mientras los bonos del Tesoro rindieron 3.5%; por su parte, las acciones globales quedron rezagadas, con un retorno de -0.5% en lo corrido del mes. Este aumento en la aversión al riesgo es explicado por la preocupación respecto a la salud del sistema bancario en EEUU y Europa. ¿Qué ha pasado y cuán serio puede ser?
Durante la primera quincena del mes de marzo, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC) de EEUU intervino dos bancos: Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank (SB). El grueso de clientes de estos bancos son empresas tecnológicas que con la subida de tasas de interés de los últimos meses vieron sus alternativas de financiamiento agotarse, lo cual los llevó a aumentar el ritmo al que rescataban los depósitos que tenían en los bancos. Asimismo, la subida de tasas golpeó las carteras de bonos de SVB y SB, lo cual redujo la capacidad de los bancos para responder a solicitudes de rescates. Para tratar de controlar el riesgo de una corrida bancaria generalizada, el Tesoro de EEUU garantizó que todos los ahorristas de estos dos bancos podrían acceder al íntegro de sus fondos. Por su parte, la Fed implementó un mecanismo de provisión de liquidez bastante benigno para los bancos que pudiesen tener problemas atendiendo retiros de sus clientes. Si bien estas medidas evitaron una severa crisis de confianza, el nerviosismo perduró durante la segunda mitad de marzo y se extendió a Europa, donde Credit Suisse tuvo que pedir inicialmente una línea de crédito de 54 billones de dólares al Banco Nacional Suizo y luego ser comprado a descuento por UBS.
¿Estamos ante un escenario tan grave como en 2008? Pensamos que no. Luego de la crisis de 2008, las reformas bancarias obligaron a los bancos (en especial los más grandes) a capitalizarse mucho mejor y elevar sus requisitos mínimos para otorgar créditos. Por lo tanto, sus carteras hoy son mucho más diversificadas y saludables y los bancos tienen mucha mayor capacidad para absorber eventuales pérdidas. Sin embargo, creemos que el nerviosismo puede todavía prolongarse, sobre todo aquel relacionado a la situación de los bancos más pequeños. Por lo tanto, es probable que los bancos ajusten aún más sus estándares crediticios, lo cual repercutirá negativamente en la actividad económica y nos reafirma en nuestra expectativa de recesión para EEUU. Por ende, mantenemos el posicionamiento conservador con sesgo hacia caja y renta fija y subponderando acciones.