Directora Ejecutiva de Comex Perú
El turismo es un motor de desarrollo económico y social descentralizado. Constituye una fuente de ingresos para miles de negocios como hospedajes, restaurantes, agencias de viaje, artesanías, transporte y otros. Todos ellos atraviesan una situación difícil porque no recuperamos los niveles de turismo prepandemia.
En 2019, llegaron 4.4 millones de turistas internacionales al Perú, mientras que en 2022 solo fueron 2 millones. Entre enero y septiembre de 2023, tenemos 1.8 millones de turistas internacionales, la mitad (54%) de lo registrado en 2019. Hacia el final de este año, llegaremos a una cifra aún lejos de la del 2019. Hay mucho por hacer para impulsar el sector.
Qué duda cabe de la importancia de nuestra maravilla del mundo, la ciudadela inca de Machu Picchu, como destino turístico con el que sueñan los extranjeros que llegan a nuestro país. En 2019, 1.1 millones de turistas extranjeros visitaron este complejo arqueológico; en 2022 solo llegaron 653,864. Entre enero y septiembre de 2023, fueron 413,049 visitantes extranjeros, un 53% menos que en similar periodo de 2019.
¿Por qué no recuperamos las visitas de extranjeros a Machu Picchu? Una de las principales razones es que, en agosto de 2022, la entonces ministra de Cultura, Betssy Chávez, dispuso que 1,000 entradas a Machu Picchu se vendan de manera presencial en la comunidad de Aguas Calientes (Machu Picchu Pueblo).
El resultado: escenas diarias de caos y largas colas en Aguas Calientes, los turistas llegan en busca de entradas, pues las virtuales se agotan rápidamente. Al llegar, les indican que no hay entradas y los “obligan” a quedarse a pernoctar en Aguas Calientes para acceder a estas el día siguiente o subsiguiente. Algunos acceden al “chantaje”, pero otros, con apretados itinerarios de viaje, se van del Cusco sin conocer Machu Picchu.
Lo extraño es que en ningún día de los últimos 4 meses se vendieron todas las entradas disponibles. Esto significa que sí hay entradas, pero prefieren no venderlas para que los turistas se queden a consumir en Machu Picchu Pueblo.
Con esta ganancia de unos pocos en Aguas Calientes se afecta seriamente la imagen del destino turístico. Pierde el Cusco, pierde el Perú, pierden los emprendedores, artesanos, restaurantes, hospedajes, transportistas, porteadores porque el sector no se recupera.
Ante ello, el Gobierno, bajo el liderazgo de la ministra de Cultura, anunció que el 100% de las entradas a Machu Picchu se venderán a través de una plataforma digital, confiable, segura y de manera transparente, como ocurre en la mayoría de los países del mundo. Lamentablemente, aquellos que pierden la “aparente ganancia” ya anunciaron medidas de fuerza y protestas.
El Gobierno debe mantenerse firme con su acertada decisión. Liberemos a Machu Picchu; no puede seguir secuestrado. Los intereses particulares de algunos no deben estar por encima de lo que es mejor para la mayoría de los cusqueños y para el Perú. La imagen de nuestro país como destino turístico está en juego.