Directora Ejecutiva de ComexPerú
El Gobierno asumirá la presidencia del Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés). Es una oportunidad única para mostrarle al mundo que el Perú está de vuelta, para posicionar de manera global a nuestro país, fortalecer lazos comerciales, impulsar el turismo y inversión privada. Recibir la presidencia del APEC es, además, un respaldo de la comunidad internacional a nuestro país y a su compromiso con los principios de libre mercado, respeto a la inversión privada e integración al mundo.
Jugamos en las grandes ligas, y presidir por tercera vez el APEC es una muestra de ello. APEC agrupa a 21 economías de la cuenca del Pacífico e incluye a las principales economías del mundo. Representa el 38% de la población mundial, el 48% del comercio de bienes y servicios en todo el mundo, y el 62% del PBI. Solo 3 países latinoamericanos tenemos el privilegio de formar parte del foro: México, Chile y Perú.
Esta semana, la presidenta de la República anunció, junto con autoridades regionales, gremios empresariales y embajadores, las regiones que serán sede de las 160 reuniones que tendrán lugar durante 2024. Señalaron que la presidencia del APEC es una “clara señal del reconocimiento del Perú como un socio confiable” y permitirá “impulsar el comercio, la inversión, la innovación y el crecimiento sostenible de nuestro país”.
Esta es la ruta correcta para retomar la senda de crecimiento económico y social del país, y generar oportunidades para todos los peruanos. La apuesta por APEC 2024 será clave para posicionar nuestro país en el mundo como un destino atractivo para las inversiones.
Sin embargo, al mismo tiempo, en un aparente comportamiento bipolar, el Gobierno buscaría la “nacionalización” de lotes petroleros a favor de Petroperú, sin una licitación pública y transparente. Ello vulneraría la libre competencia, los TLC y la igualdad de condiciones que debe primar en una economía de libre mercado. Es una pésima señal para la confianza empresarial y la inversión privada.
A ello se suma que Petroperú ha demostrado ser una empresa estatal ineficiente, que solo pierde el dinero de todos los peruanos. Dinero que debería ser invertido en escuelas, hospitales, carreteras, entre otras necesidades de la población, y no continuar financiando una aventura empresarial estatal incapaz e irresponsable.
¿O es que acaso el Gobierno busca seguir la ruta del plan de gobierno de Pedro Castillo, orientado a nacionalizar los recursos naturales? ¿O el rumbo de la Bolivia de Evo Morales, que nacionalizó el gas, explotó el recurso sin exploración, destruyó la riqueza, ahuyentó la inversión privada, y malgastó los recursos, todo para que hoy no tengan gas?
Confiamos en que el Gobierno seguirá la ruta correcta del respeto a los principios de libre mercado, libre competencia y promoción de la inversión privada, como lo han venido mencionando sus más altas autoridades en sus participaciones públicas las últimas semanas.