Desde la aparición del iPhone, el 2007, las apps han sido la entrada preferida al mundo digital. Los habitantes de países ricos las usan unas cinco horas diarias y, en todo el mundo, 3,500 millones de personas las usan cada mes. Esto ha hecho que las “app stores” sean un lucrativo negocio para Apple y Alphabet, las titanes tecnológicas cuyos respectivos sistemas operativos —iOS y Android— hacen funcionar a la vasta mayoría de dispositivos móviles.
Hay gobiernos que se apoyan en este duopolio para limitar el acceso a apps incómodas, al tiempo que buscan limitar su dominio de mercado, con lo que se arriesgan a irritar a los consumidores. Apple y Alphabet no divulgan detalles financieros de sus app stores, cuyos mayores ingresos provienen de una comisión de 30% que cobran por la venta de bienes digitales y otra de 15% por suscripciones a apps.
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La firma de data Sensor Tower estima que, el año pasado, Apple obtuvo US$ 27,000 millones y Alphabet, US$ 13,000 millones por estas comisiones. También se estima que recibieron varias decenas de miles millones de dólares por publicidad en las app stores. No parece mucho comparado con la suma de sus ingresos totales del 2023 (US$ 700,000 millones), aunque su relevancia está en su rentabilidad. Documentos judiciales de años recientes indican un margen operativo de dos tercios para la app store de Alphabet y de 80% para la de Apple.
Gobiernos que buscan mayor control sobre el mundo digital lo están haciendo vía estas plataformas. Las solicitudes que Alphabet ha recibido de reguladoras y juzgados para retirar apps de su tienda (Google Play) aumentaron de 496 el 2019 a 1,743 el año pasado. La mayoría provino de India (la tienda no opera en China). En tanto, Apple retiró 1,474 apps el 2022, frente a 558 el 2019, y la mayoría de solicitudes provino del Gobierno chino.
Los motivos varían. Algunas solicitudes buscan limitar el acceso a pornografía, otras, censurar el disenso. En abril, el Gobierno chino exigió que la tienda de Apple retire apps como WhatsApp y Telegram, y el presidente Joe Biden promulgó una ley que obligará a las app stores estadounidenses prohibir TikTok si su propietaria china (ByteDance) no desinvierte sus operaciones en el país en nueve meses. El 7 de mayo, la compañía presentó una denuncia en una corte federal aseverando que una prohibición es inconstitucional. La app ya está bloqueada en India.
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En paralelo, hay gobiernos que intentan romper el duopolio. La Ley de Mercados Digitales (DMA) de la Unión Europea (UE) obliga a las compañías tecnológicas a posibilitar que otras app stores sean usadas con sus sistemas operativos. El Gobierno de Japón intenta aprobar una ley con similar objetivo y el de India está tan interesado en generar competencia en el mercado que ha considerado lanzar su propia app store. Abundantes desarrolladoras están de su lado.
El 2019, Spotify interpuso un reclamo ante la UE contra Apple, entre otras cosas por prohibirle informar a sus clientes que podrían pagar menos si se suscribían fuera de la app. En marzo, la UE multó a Apple con US$ 2,000 millones. La desarrolladora de videojuegos Epic Games ha demandado a Apple y Alphabet en Estados Unidos por conducta monopólica. También las ha enjuiciado en Australia y Reino Unido.
Reguladoras y desarrolladoras esperan que la consecuencia sea más competencia y menores comisiones. El año pasado, Phil Spencer, CEO de Microsoft Gaming, describió la DMA como una “enorme oportunidad” y dijo que la compañía planea lanzar app stores en iOS y Android. Epic Games quiere hacer lo mismo. Algunos esperan un boom innovador, pero otros apuntan a posibles escollos.
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Les preocupa que proliferen tiendas enfocadas en contenido como pornografía o apuestas online —lo que generaría más del contenido que algunos gobiernos están combatiendo—. Por su parte, en China, fabricantes locales de smartphones como Huawei y Oppo, que tienen sus propias y populares app stores, podrían sentirse tentadas a expandirse a Europa, algo que no gustaría a políticos descontentos con ese país.
A cambio de sus comisiones, Apple y Alphabet proporcionan importantes servicios a las desarrolladoras, sobre todo a las pequeñas, como detectar errores o software malicioso en nuevas apps, lo cual brinda a los consumidores la seguridad de usarlas sin temor a ser estafados. Y muchos usuarios parecen valorar la comodidad de contar con una tienda bien surtida, lo que Apple y Alphabet ya ofrecen. Es revelador que a pesar de que los teléfonos Android siempre han permitido app stores alternativas, no han surgido serios contendientes para Google Play. Una tienda rival, lanzada por la gigante tecnológica Amazon el 2011, tuvo poca acogida.
En suma, los consumidores no parecen estar reclamando un cambio. Y como resultado, la disrupción será lenta. Quienes quieran sacudir el marcado podrían tener que esperar hasta que aparezca el próximo dispositivo mágico. Pero mientras perdure la era del smartphone, parece que también lo hará el duopolio de las app stores.
Traducido por Antonio Yonz Martínez.
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