Escribe: Jose Deustua, director en UTEC Ventures
A lo largo de estos 10 años invirtiendo en startups, hemos presenciado cambios significativos en el ecosistema de venture capital, tanto a nivel local como en América Latina. Desde el programa de inversión de UTEC Ventures, hemos experimentado de primera mano los desafíos y recompensas de apoyar a emprendedores en etapas tempranas, lo que nos ha dejado valiosas lecciones.
El valor de invertir en etapas tempranas: Uno de los aspectos más enriquecedores ha sido la oportunidad de invertir en las primeras fases de crecimiento de empresas que, con el tiempo, se han convertido en referentes de la industria. Aunque las startups en etapa temprana presentan riesgos debido a la falta de historial financiero y la necesidad de un equipo en formación, apostar por emprendedores resilientes y comprometidos ha sido la clave de nuestro éxito.
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Durante esta década, hemos invertido en más de 45 startups, particularmente en sectores como educación, fintech y e-commerce, que ofrecen oportunidades únicas de innovación y transformación. Estos campos permiten escalar rápidamente y generar un impacto significativo. La tecnología en la educación, las soluciones financieras digitales y la evolución del comercio electrónico han demostrado ser áreas donde la inversión puede generar retornos importantes y cambios positivos en la sociedad.
La importancia de invertir en un portafolio diversificado: Uno de los grandes aprendizajes ha sido reconocer la importancia de diversificar nuestro portafolio. En nuestra primera fase de inversión realizamos 31 inversiones y aunque logramos seis salidas exitosas, 14 compañías dejaron de operar o redujeron significativamente sus operaciones. Estos resultados reflejan una realidad común en el venture capital: aproximadamente la mitad de las inversiones de alto riesgo no prosperan. De esta forma hemos validado que es mejor invertir poco en muchas compañías que mucho en unas pocas. Esta estrategia no solo reduce el riesgo, sino que también permite acompañar a las mejores startups en rondas futuras.
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Internacionalización como clave del crecimiento: Hemos observado que las startups con mayor crecimiento han sido aquellas que, desde el inicio, han creado un negocio internacional. Udocz, Hapi y Fitia, por ejemplo, lograron identificar oportunidades no solo en el ámbito local, sino también regional, lo cual ha sido crucial para su expansión. Estas empresas diseñaron soluciones escalables que les permitieron crecer rápidamente en otros países.
Sin embargo, a pesar que las startups que más han crecido son las que han salido al exterior, los retornos que hemos tenido han sido principalmente de empresas locales. Esto abre un desafío latente para nosotros como inversores: decidir si se debe priorizar la internacionalización desde una fase temprana o enfocarse en un crecimiento más orgánico a nivel local. Manejar esta disyuntiva es uno de los retos más importantes que enfrentamos como inversionistas, y para ello, conversamos mucho con los fundadores para asegurarnos que estén alineados con sus objetivos y el potencial de la empresa.
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Aprender del fracaso: El camino de la inversión no ha estado exento de desafíos, y algunos de nuestros fracasos más significativos se deben a una falta de rigor en el due diligence de los equipos de fundadores. En una ocasión, invertimos en una empresa con un equipo que, aunque parecía sólido en el papel, no mostraba el compromiso necesario. A las pocas semanas de firmar el contrato, nos dimos cuenta de que habíamos tomado una mala decisión. Las señales de advertencia estaban allí: uno de los fundadores vivía en otro país, no estaba dedicado a tiempo completo y tenía la mayoría de las acciones.
Esta experiencia nos dejó una lección clara: más allá de las credenciales y los logros del equipo, es esencial evaluar a fondo su dinámica interna y el compromiso de cada uno de sus fundadores. Como inversionistas debemos ser extremadamente estrictos en el due diligence de los fundadores. El equipo es más importante que cualquier otro factor: un equipo comprometido y cohesionado siempre encontrará la manera de superar los obstáculos y alcanzar el éxito, incluso frente a los desafíos más inesperados.
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Una mirada al futuro: El ecosistema de startups en América Latina ha evolucionado significativamente en la última década. En Perú, hemos sido testigos de la consolidación de un entorno más robusto, con la creación de hubs tecnológicos, nuevos fondos de inversión y un creciente interés de las corporaciones por colaborar con startups. Estas señales indican que el país está en camino de convertirse en un referente en la región.
Mirando hacia el futuro, sabemos que los próximos 10 años traerán nuevos retos y oportunidades. Las industrias seguirán transformándose y la tecnología continuará empujando los límites de lo que es posible. Se van a seguir abriendo nuevas oportunidades y quienes se sumen a este ecosistema podrán beneficiarse del crecimiento y la innovación que trae consigo.
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