
Escribe: Alberto Haito, director en Arellano
En el artículo anterior nos referimos a la necesidad de incorporar en los planes estratégicos a la inteligencia artificial (IA) como un motor de eficiencia, innovación y competitividad.
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Sin embargo, esto que suena prometedor y que será ineludible en el futuro, está encontrando tropiezos ya que las estadísticas indican que en más del 80% de los casos de incorporación de IA no hay mayor impacto en resultados. También se piensa que, con el tiempo, pasado el entusiasmo desbocado y con una mejor comprensión del tema, este porcentaje disminuirá significativamente.

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Varias son las causas de lo mencionado y tocaremos solo algunas. Una primera, y quizás la más importante, es la falta de una estrategia y objetivos claros de la empresa, con lo cual tampoco es claro cuál es el problema que la IA debe resolver o cual es la oportunidad que debe capturar. Finalmente, esto lleva a proyectos sin rumbo claro ni métricas definidas y, por supuesto, a una inversión sin retorno.
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Una segunda causa es la gran expectativa que genera la IA, básicamente por la profusión de noticias sobre el tema, la cual lleva a ignorar la realidad de la empresa y a precipitarse en su incorporación. Esta expectativa se potencia cuando se escucha que tal o cual empresa, más aún si es competidora, ya está trabajando con IA, lo que finalmente termina en un camino sin rumbo.
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Otro problema es la falta del talento necesario en la empresa para diseñar, mantener e implementar las soluciones que implican la IA. Y, por cierto, la primera tarea de este talento es “limpiar” la información con que se alimente a la herramienta, ya que si esta es mala de entrada solo va a generar una mala solución de salida. Además, no basta con tener el talento, sino que éste debe estar en constante entrenamiento dada la evolución tan rápida de la IA.
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Finalmente, no debemos olvidar que la IA, siendo una revolución tecnológica ineludible, no es un fin en si misma, sino un medio para alcanzar determinados objetivos, sea capturando oportunidades o solucionando problemas. Y, en realidad, lo que se está viendo es que se está colocando la carreta antes que los caballos, algo así como tener una solución en busca de un problema.