Escribe: Carlos E. Paredes, economista.
1. Los profesores Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson recibieron el premio Nobel en Economía 2024 “por sus estudios sobre cómo las instituciones se forman y afectan a la prosperidad”. Hace buen tiempo la profesión económica viene prestando más atención al rol de las instituciones en el desempeño de las economías. Douglas North recibió el mismo premio hace poco más de 30 años por su trabajo sobre la importancia de las instituciones en el desarrollo económico. En su discurso del Nobel, él definió a las instituciones como las reglas del juego –formales o informales– que determinan la estructura de incentivos bajo la cual interactúan los agentes económicos.
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2. Hace 12 años, Acemoglu y Robinson publicaron el bestseller “Por qué fracasan los países”. En él, los autores proponen que la prosperidad sostenida requiere de instituciones económicas y políticas “inclusivas”. Las primeras son aquellas que “hacen respetar los derechos de propiedad, crean igualdad de oportunidades y fomentan la inversión en habilidades y nuevas tecnologías”. En cambio, las instituciones económicas “extractivas” se “estructuran para extraer recursos de la mayoría y beneficiar a una minoría, las que no protegen los derechos de propiedad ni proporcionan incentivos para la actividad económica.”
3. Las instituciones económicas inclusivas respaldan y reciben apoyo de las “instituciones políticas inclusivas”, es decir, las que reparten el poder político de manera pluralista y establecen la ley y el orden, “la base de unos derechos de propiedad seguros y de una economía de mercado inclusiva”. Las instituciones económicas extractivas se relacionan sinérgicamente con instituciones políticas extractivas, que concentran el poder en unos pocos, generando círculos viciosos que perpetúan la pobreza.
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4. En el Perú, aunque progresamos en la construcción de instituciones económicas inclusivas desde los años noventa, muchas de nuestras instituciones políticas fueron capturadas por grupos de interés y transformadas en “instituciones extractivas”, que concentran el poder en unos pocos y perpetúan la pobreza. Instituciones como el Congreso, el Ministerio Público, el Poder Judicial y varias agencias del Ejecutivo han sido capturadas por diversos grupos de interés y socavan la prosperidad de la mayoría de los peruanos.
5. Posteriormente, Acemoglu y Robinson publicaron “El pasillo estrecho” (2019), donde resaltan el necesario pero frágil equilibro que debe lograrse entre el Estado y la sociedad civil para asegurar la libertad, requisito fundamental para la prosperidad y el bienestar. En nuestro caso, el Estado disfuncional muchas veces termina aplastando a la sociedad civil. Lo estamos viendo con el actuar del Congreso, del Ejecutivo, la Fiscalía y el Poder Judicial.
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6. No tengo duda que la reforma de nuestras reglas del juego –de nuestras instituciones– se ha convertido en la tarea prioritaria para retomar el progreso sostenido. Debemos preguntarnos ¿qué estamos haciendo para salir de la lacra que ha capturado nuestras instituciones básicas, socavando nuestra libertad y nuestras posibilidades de prosperidad? Y no solo preguntarnos, sino tomar acción.
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