Escribe: Giovanna Prialé Reyes, presidenta de la Asociación de AFP
En los últimos 40 años la economía peruana ha crecido a una tasa promedio real anual de 3.4%, mientras que el empleo formal lo ha hecho en menos de 0.7% (según la tasa de variación de Lima Metropolitana). Son múltiples los factores, desde la teoría económica, que podrían explicar por qué la generación de empleo adecuado crece por debajo de la actividad económica. No obstante, quisiera centrarme en cómo las actividades ilegales y la corrupción, que crecen de manera exponencial, no solo favorecen el trabajo informal, sino que hacen cada vez más lenta la capacidad de crecimiento económico a largo plazo.
De acuerdo con el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN), en solo 13 años (2010-2023), la percepción de la corrupción como problema principal en el país aumentó significativamente del 23.8% en 2010 al 52.3% en 2023. Además, comparado con Sudamérica, Perú se sitúa como uno de los países más corruptos de la región, solo detrás de Bolivia y Venezuela. Esta corrupción estimula el desarrollo de las economías ilegales, de manera que en el año 2023 estas generaron en el Perú cerca de US$ 10,000 millones, alrededor del 4% del PBI, de acuerdo con el Instituto Peruano de Economía (IPE).
La ilegalidad hace más resistente y severa la informalidad.
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Antes, la ilegalidad era más pequeña y la informalidad se explicaba, principalmente, por la masiva migración de los trabajadores de las zonas rurales a las urbanas. Como consecuencia de esta situación, los complejos urbanos empezaron a observar cómo la demanda laboral resultaba insuficiente para emplear a todos los nuevos asalariados, la gran mayoría de baja productividad y, por ende, con poca capacitación para el trabajo.
A principios de los años 80, la tasa de escolaridad era del 62.5%. Aunque este porcentaje se ha incrementado a 89.9% en la actualidad, este aumento no indica necesariamente una mejora en la calidad de la educación, sino que se ha visto influenciado por la disminución de la población infantil y juvenil. Esta situación se refleja en el bajo Índice de Competitividad Laboral (ICL), medido a través del acceso al mercado laboral, el entorno de trabajo y los beneficios laborales. Según la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), el ICL promedio a nivel nacional se situó en 51% en 2023. Este dato indica una capacidad limitada para adaptarse a las demandas cambiantes del mercado laboral, lo que a su vez dificulta el acceso a mejores oportunidades de empleabilidad.
Al respecto, de acuerdo al Índice de Capital Humano del Foro Económico Mundial, Noruega, Finlandia y Suiza ocupan los primeros lugares debido a sus elevadas tasas en educación técnica o superior, y capacitación adecuada para el trabajo. Este desarrollo del capital humano permite, sin duda alguna, mejorar la competitividad relativa del país con relación al resto del mundo, al generar mayor valor agregado por persona.
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Con el paso de los años, la actividad ilegal ha copado diversas regiones de nuestro país y hoy incluye narcotráfico, tala, minería, transporte, crédito, trata de personas, entre otras. Y su presencia es cada vez más fuerte. Igualmente, las actividades formales e informales se ven permanentemente amenazadas por las extorsiones y muertes diarias, lo que termina afectando negativamente el crecimiento económico y así se reducen aún más las posibilidades de contar con empleo adecuado y mayor recaudación estatal, con las nefastas consecuencias en la provisión de servicios públicos que observamos todos los días, incluyendo el pobre acceso a una educación de calidad.
En suma, nos encontramos en un desastroso círculo de ilegalidad, ausencia estatal y de provisión de servicios básicos, informalidad y bajo crecimiento económico. Ahora, no solo se trata de tener estabilidad política para propiciar crecimiento, sino que urge que el Estado recupere su presencia a nivel nacional, garantizando las condiciones mínimas de seguridad para que los ciudadanos podamos vivir con tranquilidad y estudiar y trabajar, como condición necesaria para que recuperemos la senda del crecimiento y desarrollo en el corto, mediano y largo plazo.
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