Gerente general de Indeco by Nexans
La tendencia global a una economía circular ha impulsado el uso de energías renovables, las cuales precisan del cobre para su implementación y operatividad, debido a su conductividad eléctrica y térmica. De hecho, el mercado de conductores eléctricos representa actualmente 2/3 de la demanda de cobre refinado.
Sin embargo, las energías renovables no son el único segmento que demandará más cobre; en tal sentido, no podemos dejar de lado la demanda proveniente por almacenamiento eléctrico, transmisión eléctrica (construcción y renovación de redes eléctricas), y la electromovilidad. Y es que día por día habrá un mayor consumo del cobre. En el caso de la construcción y renovación de redes eléctricas, Europa por ejemplo, tiene redes que en promedio cuentan con 50 años de instalación, mientras en Estados Unidos 40 años; y el promedio, no debiera sobrepasar los 30 años. Por lo que se acerca el momento de renovar las redes eléctricas. De igual forma, la electromovilidad será uno de los principales impulsores en el consumo de cobre y es que de acuerdo con la consultora S&P Global, la demanda de cobre aumentará en más del 82% entre el 2021 y 2035, con un crecimiento de 2,2 millones de toneladas métricas (TM) en el 2021 a 9,3 millones (TM) en el 2035.
Es evidente que la oferta de cobre no cubrirá la demanda, pero ¿cómo anticiparnos a este cambio? Hay tres caminos, el primero es tener los permisos para explorar territorio y encontrar nuevas minas o expandir las minas existentes, el segundo se trata de aumentar la producción como porcentaje de la capacidad total de una mina y el tercero, reciclar. En este último punto nos centramos en Nexans, tanto así que durante el 2021 reciclamos 320 toneladas de cobre, entre los residuos que genera la misma fábrica y el sobrante de nuestros cables de nuestros principales clientes; mientras en lo que va de este año hemos logrado reciclar 153 toneladas.
Este modelo de economía circular depende de todos, por lo que es necesario centrar gran parte de los esfuerzos en educar continuamente con información de valor al usuario final, sobre todo en Perú, donde 70% de la construcción residencial es informal. Así mismo, las empresas de extracción de cobre deben comenzar a tomar como prioridad la sostenibilidad de sus operaciones para lograr un rol responsable en toda la cadena de valor.
Sin duda alguna, el cobre será de los principales beneficiados por la transición energética y la electromovilidad; lo que representa una gran oportunidad para Perú y Chile al ser los responsables del 40 % de la producción de cobre a nivel mundial.
Si bien es probable que la recesión económica actual retrase el crecimiento de la demanda de cobre, hay que tener presente que una crisis de suministro prolongada podría elevar los precios y causar una desaceleración en la adopción de tecnologías limpias, por lo que el principal desafío por ahora es lograr una colaboración entre gobiernos, productores y usuarios finales.