
Escribe: Juana Mollo, socia líder de Outsourcing y Asesoría Contable de PwC Perú
Dentro de las organizaciones, los conflictos laborales tienden a atribuirse a decisiones estratégicas o a cambios estructurales relevantes. Sin embargo, la realidad muestra que una parte importante de estos conflictos se genera en la gestión operativa diaria, especialmente en procesos relacionados con la administración de planillas.
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Errores aparentemente menores como cálculos incorrectos, pagos realizados fuera de plazo, omisiones en el registro de horas o la aplicación inadecuada de beneficios laborales, pueden tener consecuencias significativas. No solo afectan directamente el bienestar económico del colaborador, sino que también deterioran la confianza, impactan en el clima laboral y pueden derivar en contingencias legales y financieras.
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A pesar de su importancia, el proceso de cálculo de planillas y la gestión de compensaciones suelen ser vistos como tareas operativas de bajo valor estratégico. Esta percepción lleva, en algunos casos, a restarles prioridad, delegar su ejecución sin el debido soporte técnico o a tomar decisiones sin contar con el conocimiento normativo y laboral necesario. No obstante, es importante tener en mente que, cuando la planilla falla, todo puede venirse abajo.

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Este enfoque limitado puede generar consecuencias costosas. Cuando las políticas de compensación no se diseñan o ejecutan adecuadamente, o cuando se incumplen disposiciones legales por desconocimiento, la organización se expone a sanciones, demandas o pagos retroactivos. Todo esto impacta no solo en la estructura de costos, sino también en la imagen interna y externa de la empresa.
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Los costos asociados a una mala gestión de planillas rara vez son visibles de inmediato. Se manifiestan gradualmente en la rotación del personal, en la pérdida de productividad, en el aumento de reclamos internos o en la falta de compromiso de los equipos. A su vez, estos problemas terminan afectando la eficiencia operativa y, en muchos casos, desvían recursos que podrían haberse destinado al crecimiento y la innovación.
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Frente a este escenario, es indispensable que las organizaciones revaloren el rol del área de compensaciones y comprendan que su trabajo no es únicamente técnico, sino estratégico. La gestión de planillas debe realizarse con precisión, oportunidad y conocimiento normativo, alineándose con las políticas de talento y con la propuesta de valor que cada empresa busca ofrecer a sus colaboradores.
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Invertir en un proceso de planilla sólido, respaldado por profesionales especializados y herramientas adecuadas, no solo evita errores y contingencias, sino que también mejora la experiencia del colaborador y permite a la organización enfocarse en su core business. Contar con un equipo interno capacitado o tercerizar este servicio con aliados expertos puede, en muchos casos, marcar la diferencia entre una gestión laboral eficiente y un riesgo operativo constante. Reconocerlo a tiempo es clave para construir una cultura laboral sólida, previsible y sostenible.