Gerente general del Grupo Eulen Perú
El retorno a la presencialidad en las empresas cada vez era más próximo. No obstante, la pandemia nos volvió a jugar en contra, tras la llegada de la anunciada tercera ola. Este contexto, viene generando picos de indecisiones en las organizaciones, ¿volver a la normalidad o potenciar la implementación del trabajo remoto o teletrabajo? ¿Cuál sería la mejor opción, en un contexto de incertidumbre?
Según la 25º Encuesta Global Anual de CEO, de PWC, el 97% de los CEO mostraron diferentes niveles de preocupación, debido al impacto negativo de los riesgos sanitarios para el 2022, en relación al crecimiento de su organización. Mientras que, el 75% presenta algún tipo de inquietud al creer que esta amenaza afectaría directamente en la venta de sus productos o servicios.
Esta “nueva normalidad” ha dejado como registro que, uno de los recursos más valioso para las organizaciones, y que les ha permitido subsistir en el mercado, es el capital humano. Ante este hecho, las empresas deben estar orientadas en la toma de medidas para ayudar a mitigar la situación que se está atravesando en el país. Esto en busca de proteger la seguridad y la salud de los colaboradores. Frente a este hecho, determinaría tres posibles escenarios y acciones frente a la naturaleza del empleo:
1) Este año se amplió la vigencia del trabajo remoto hasta fines del 2022. Tras las experiencias aprendidas, el desarrollo o la actualización de una política de trabajo remoto es primordial. En estos dos años de pandemia, esta modalidad ha demostrado resultados optimistas para las organizaciones, lo cual se ha visto reflejado en la mejora de la productividad, clima laboral y en las relaciones laborales.
2) Trabajo presencial o híbrido. La implementación de esquemas de trabajo donde se definan los horarios y estructuras, aportará a una ejecución ordenada y orientada a la seguridad y salud de los colaboradores. En estos casos, la intervención de los procedimientos de saneamiento, desinfección y control es trascendental. Hoy cuando las organizaciones deben de centrarse más en sus core, las empresas tercerizadoras de servicios han demostrado ser los aliados estratégicos que aportan al crecimiento de los diferentes negocios.
3) Trabajo presencial en campo. Para los empleos operativos, la ejecución de una política de prevención sanitaria debe ser primordial. Las empresas deben de continuar incentivando la inmunización a gran escala para seguir efectuando la naturaleza de sus actividades. Continuar poniendo en marcha los protocolos de bioseguridad para llevar a cabo sus funciones de manera segura y realizar controles de prevención continuos.
Una cultura empresarial debe estar orientada en el desarrollo de fórmulas flexibles donde vinculen las gestiones laborales, atender las necesidades de los colaboradores y responder a la evolución de la pandemia.