Director periodístico de Gestión
La implementación de los criterios ambientales, sociales o de Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en el desempeño de las compañías se ha convertido en un factor determinante para el éxito y la sostenibilidad de las empresas. No hablamos en absoluto de una moda, o de una campaña de marketing, como anotan sus críticos, hablamos de una necesidad.
De hecho, solo en América Latina, países como Brasil, México, Chile y Colombia han avanzado en el fortalecimiento de sus marcos regulatorios o en la promoción de los criterios ESG en los procesos de inversión por parte de los administradores de inversiones, según un reciente informe de la agencia de calificación internacional Fitch Rating.
El reporte “Lo que los Inversionistas Quieren Saber: Avances ESG de Inversiones en Latinoamérica” muestra que el interés de estos países por avanzar en temas de sostenibilidad es evidente, lo cual contribuirá de forma significativa a una mayor y más eficiente movilización de recursos de inversión hacia proyectos sostenibles y responsables dentro de estos mercados.
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Hay un cambio de perspectiva significativa que se está materializando en decisiones de inversión. Una encuesta de la consultora global, Edelman, realizada en Estados Unidos, reveló que ya en el 2020 el 80% de los inversionistas encuestados no invertiría en organizaciones que carezcan de información sobre su desempeño ESG.
Para PWC, esto evidencia que los inversionistas ya no evalúan únicamente la rentabilidad que una organización pueda mostrar en el corto plazo, sino también desean conocer y evaluar cómo está creando valor compartido y sostenido, lo que las va a llevar a ser viables y rentables en el largo plazo.
Ahora, una cuestión fundamental sobre esta materia es entender qué se enmarcan en los criterios ESG y qué no. Deloitte anota que la base para identificar si una estrategia está incluida bajo estos parámetros está en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por la ONU en 2015. Este es el marco integral para avanzar en un plan sostenible.
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Los 17 ODS son una serie de objetivos que la ONU considera como el punto de partida para un mundo mejor y más sostenible. Abarcan desde eliminar el hambre, promover la igualdad de género, hasta producir energía más limpia.
Entonces, los ODS y los criterios ESG son foco de atención de las compañías desde hace varios años. Ambos términos abordan preocupaciones comunes, pero no son lo mismo y es importante entender las diferencias y complementariedades.
Los ODS son una iniciativa global orientada a abordar los desafíos de desarrollo sostenible en todo el mundo, mientras que los criterios ESG se centran en la evaluación y medición del desempeño empresarial en términos de medio ambiente, sociedad y gobernanza. Ambos desempeñan un papel importante en la promoción de la sostenibilidad y la responsabilidad social a nivel global y empresarial.
Ahora, en un entorno de cambio constante y en el que la incertidumbre se ha convertido en la nueva normalidad, toma mayor relevancia la adopción de prácticas, reglas y procesos bajo los criterios ESG. Hoy en día estos estándares ya influyen en la reputación, la capacidad de atraer inversiones, la gestión de riesgos, la innovación y la toma de decisiones éticas.
Las empresas que apuestas por la implementación de estos criterios son las que apuestan por la sostenibilidad del negocio en el mediano y largo plazo justamente en estos entornos cada
vez más cambiantes e inciertos. Por ejemplo, la falta de sostenibilidad es una amenaza para la continuidad y la resiliencia.
La mala alineación con los valores de los clientes es una amenaza para la continuidad. Y no gestionar de manera proactiva las consecuencias de las condiciones climáticas cambiantes a lo largo de su cadena de suministro, interna y externa, solo aumenta la probabilidad de interrupción.
Entonces, las empresas no solo buscan implementar estos criterios en la búsqueda de un mayor nivel de rentabilidad, sino también con el objetivo claro de poder mitigar posibles riesgos de diversa índole. La clave es construir bases sólidas para un crecimiento sostenible en el tiempo.
Desde Gestión somos conscientes que estas prácticas no solo tienen un impacto positivo en las empresas que deciden adoptarlas sino también en sus entornos. Por esta razón, desde hace ya varios meses hemos asumido el compromiso de impulsar la Comunidad ESG, que busca analizar, discutir y, sobre todo, evidenciar el impacto positivo de estos criterios sobre la sociedad.
En esa búsqueda de construir comunidad hemos recibido el apoyo de importantes aliados con quiénes hemos impulsado en los últimos meses toda una agenda de debate. Pero los objetivos que nos hemos trazado para el próximo año son mucho más ambiciosos.
Estamos convencido que podemos lograr posicionar la discusión sobre los criterios ESG en el debate público, no solo a través de nuestras páginas, sino también en foros en los que se sumemos a todos los actores de la sociedad civil. El presente nos obliga a ser sostenibles.
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