El comunicado de Perú Libre, llamando a sus parlamentarios a votar en contra de otorgar la confianza al Gabinete, y la referencia del Presidente sobre los que quieren cambiar el país con un tuit, han generado diversas reacciones. Mucho entusiasmo en quienes desean una ruptura definitiva entre Pedro Castillo y Vladimir Cerrón, hasta malestar en congresistas de Perú Libre que apoyan al Jefe de Estado.
Pero más allá de los aplausos y rabietas, o de la interesada interpretación de estos hechos, lo importante es saber qué es lo que realmente quiere hacer el Presidente, y con quién quiere hacerlo.
Lo primero que sería bueno saber es si el Presidente quiere realmente romper o distanciarse definitivamente de Vladimir Cerrón y sus seguidores de Perú Libre. Esto todavía no queda del todo claro a pesar de la salida de Guido Bellido del Gabinete, y de los reclamos airados y públicos de los cerronistas sobre la conformación y supuesta reorientación del Gabinete.
Lo segundo, -si es verdad que el Presidente está harto de Cerrón y compañía- es saber si el Presidente quiere alejarse de la influencia y las formas de Cerrón y de sus seguidores, o quiere tomar distancia real del partido y su ideario.
¿Quiere romper con Cerrón para dejar de lado el referéndum y la Asamblea Constituyente o el cambio total de la Constitución, la llamada reivindicación sindical de la Agenda 19, la revisión de los contratos-ley, la nacionalización de los recursos naturales, la actividad empresarial del Estado, la oposición a la erradicación de los cultivos de coca, etc.; o quiere hacer lo mismo, pero con otras personas, y con otros métodos?
Una definición sobre este punto es de vital importancia. Muchos aplauden la discusión pública Castillo-Cerrón porque creen que si Cerrón se aleja definitivamente del gobierno o termina preso, Pedro Castillo será recuperado del “lado oscuro”, podrá ser “humalizado”, y el ideario de Perú Libre terminará enterrado por los próximos cinco años. Lo que vuelve a poner sobre la mesa la pregunta: ¿el problema central es Cerrón o es Pedro Castillo?
Un tercer tema es la base política con la que continuaría su gobierno Pedro Castillo si rompe con los cerronistas y Perú Libre. Queda claro que el Fenate si seguirá en el gobierno a pesar de su supuesta cercanía con el Movadef y su pelea con el Sutep. Y esta organización, a pesar de no tener la orientación política e ideológica de Perú Libre, no es precisamente la antítesis de ese partido.
Las otras “patas de la mesa” seguirán siendo Nuevo Perú, Juntos por el Perú, y Frente Amplio, cuyos postulados políticos y propuestas de reformas tampoco difieren mucho de las planteadas en campaña por Pedro Castillo y Perú Libre. El cambio de Constitución, la nacionalización de los recursos naturales, la oposición a los contratos ley, la actividad empresarial del Estado, o la agenda sindical, también formaban parte de su propuesta electoral.
Es más, todos estos temas son apoyados e impulsados por varios de los actuales miembros del Gabinete que se consideran verdaderos enemigos de Cerrón o que se han referido a los radicales de Perú Libre como la “izquierda bruta y achorada”.
Sin ir muy lejos, ayer la nueva ministra de Trabajo -de quien Cerrón dice que no los representa, al igual que la ministra del Midis-, señaló en nota de prensa oficial que continuará con la implementación de la Agenda 19 planteada por su tan rechazado antecesor, Iber Maraví, y “recalcó que el portafolio a su cargo es el Ministerio de los trabajadores”.
No queda claro pues si estamos ante una ruptura definitiva; y si esa posible o supuesta ruptura definitiva de Castillo con Cerrón es un cambio de rostros o es un cambio de rumbo; es un tema de estilos y de cuotas o es un asunto de fondo.