
Escribe: Franco Muschi, socio de Derecho Laboral en Garrigues, y Milagros Villavicencio, asociada sénior de Derecho Laboral en Garrigues.
El calendario laboral peruano del 2025, con 16 feriados, plantea un desafío para las empresas. No se trata solo de reorganizar turnos, sino de garantizar el cumplimiento estricto de las normas laborales que regulan el trabajo en estas fechas. La exigencia no es menor: cada día trabajado en feriado implica obligaciones específicas, ya sea en forma de remuneración triple o con el descanso sustitutorio correspondiente, y cualquier error en la ejecución puede conllevar un costo asociado al incumplimiento.
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¿Por qué el calendario 2025 exige máxima anticipación?
Más allá de las implicancias financieras, la verdadera complejidad radica en la anticipación. Las empresas que reaccionen tarde se verán forzadas a tomar decisiones improvisadas, exponiéndose a sanciones que pueden superar los S/ 280,000. El margen para actuar es mínimo, y la supervisión de la Sunafil es cada vez más rigurosa, iniciándose tanto por denuncias como de oficio.

Planificar deja de ser opcional: ahora es un imperativo estratégico
En este contexto, la planificación deja de ser una buena práctica para convertirse en un imperativo estratégico. El diseño de políticas internas claras sobre la gestión de feriados, con procedimientos que definan cómo se compensará el trabajo realizado, es una herramienta fundamental para prevenir conflictos y garantizar la operatividad. No se trata únicamente de pagar lo que corresponde, sino de dejar constancia documentada de que se ha cumplido con la ley en todos sus términos.
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Es clave acatar las formalidades: el registro preciso de asistencia, la inclusión correcta de los pagos en planillas y boletas, y la documentación de acuerdos sobre descansos compensatorios. Estos elementos no solo sirven de respaldo ante una inspección, sino que también envían un mensaje de orden y transparencia a los colaboradores.
Convertir una obligación en una oportunidad reputacional
La oportunidad está en transformar una obligación en un activo reputacional. Las empresas que aborden la gestión de feriados como parte de su estrategia de bienestar y reconocimiento hacia los trabajadores podrán capitalizar en fidelización y compromiso. Un feriado bien administrado puede reforzar la confianza interna y proyectar una imagen externa de responsabilidad social empresarial.
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Cómo equilibrar productividad y derechos laborales
El incremento de feriados obliga a revisar los esquemas operativos con una visión de largo plazo. Algunas organizaciones podrían evaluar la redistribución de cargas de trabajo o la implementación de turnos más flexibles para no comprometer su productividad. La clave está en diseñar mecanismos que permitan atender las necesidades del negocio sin vulnerar derechos laborales, evitando caer en la falsa disyuntiva entre rentabilidad y cumplimiento.
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En definitiva, el año cerrará con un récord de días no laborables que pondrá a prueba la capacidad de gestión empresarial. Quienes logren equilibrar el cumplimiento normativo con la eficiencia operativa no solo evitarán multas, sino que también fortalecerán su posición competitiva. En un mercado cada vez más atento a la ética corporativa, esa combinación puede marcar la diferencia entre ser una empresa reactiva o una que lidera con visión y responsabilidad.