Gerente central de Consultoría en Salud y Beneficios de Marsh Perú
Desde el aumento de las entregas a domicilio, hasta la creciente popularidad de los scooters o patines eléctricos, la pandemia de la COVID-19 trajo consigo una revolución en los patrones de movilidad y economía colaborativa en todo el mundo.
Solo en el Perú, según datos locales, el delivery aumentó en un 250% y los pedidos a supermercados y negocios a fines, en 130%. Para mantener el ritmo de estas formas de cambio aceleradas, las aseguradoras deben crear sistemas de clasificación de riesgo y seguros que comprendan el nuevo ritmo de movilidad.
Una consecuencia de este fenómeno, es el aumento de los gig workers o contratistas independientes. Si bien los conceptos de autoempleo y contratistas independientes no son nuevos, las empresas digitales que brindan servicios de entrega han acelerado el acceso a este tipo de trabajo y han resaltado las deficiencias en una red de seguridad social, para apoyarlos en caso de lesiones en el trabajo y pérdidas de ingresos.
Las aseguradoras deben adaptarse a este nuevo entorno y estar preparadas para ofrecer alternativas flexibles que engloben los nuevos riesgos que vienen con dicho oficio.
De forma similar, este año, Perú fue determinado líder en Latinoamérica en el uso de medios de pago digitalizado, creciendo en un 663%, esto se debe, en su mayoría, al gran porcentaje de pequeñas y medianas empresas, así como emprendedores, que residen en el país, y a las medidas de inclusión financiera implementadas por el gobierno en un contexto de COVID-19.
Al igual que los pagos digitalizados pueden conducir a un riesgo, los ingresos digitales también pueden conducir a una forma de beneficios portátiles distribuidos y respaldados por una combinación de programas públicos e industria privada.
El incremento en pagos digitales para el uso de e-scooters, transporte público y viajes en auto compartido, eventualmente conducirán a soluciones innovadoras de seguros.
El uso de la información de trayectos digitales, con la que actualmente cuentan muchas empresas, no solo puede mejorar drásticamente el proceso de gestión de reclamaciones, sino que también crea una oportunidad para un seguro individualizado en tiempo real.
Otra necesidad y oportunidad rescatada en el estudio de Marsh, es la tecnología que otorgan los sensores avanzados en automóviles. Dado que los fabricantes de autos ya ofrecen seguros de responsabilidad civil para automóviles y recompensan a los asegurados con un comportamiento de conducción más seguro en función de los datos que recopilan.
Las aseguradoras también deben adaptar y optimizar sus seguros conforme al aumento de data e inteligencia artificial que está al alcance hoy.
La pandemia ha acelerado la adopción de nuevos hábitos de movilidad en todo el mundo, no obstante, lo que no ha cambiado es la necesidad de que la sociedad confíe en que estos modos de transporte sean seguros.
Una póliza de seguro es esencialmente una “promesa de pago” y, como tal, juega un papel esencial en la dinámica de confianza que facilita el permiso para operar y proteger la plataforma y al usuario, cuando la responsabilidad por los riesgos puede no estar clara.
Si los seguros pueden seguir el ritmo y evolucionar con este cambio de movilidad acelerado, pueden potenciar el crecimiento y las posibilidades en este sector durante muchos años más.